RIO DE JANEIRO. –Horas después de ganar una medalla de plata con el relevo de 4×100 estilo libre, Katie Ledecky batió ayer el récord olímpico de los 400 libre individuales en las semifinales y dejó el escenario preparado para buscar el oro y un récord mundial en la final.
Ledecky cronometró 3.58.71 minutos y rebajó en casi tres segundos la vieja marca de 4.01.45 en poder de la francesa Camille Muffat desde el 2012.
La estadounidense, que sorprendió al mundo al ganar los 800 metros libre hace cuatro años en Londres, a los 15 años, busca cinco medallas. Ya tiene una plateada y es gran favorita para llevarse oro en los 200, 400 y 800, así como en el relevo de 4×200. Mientras que todo el mundo habla bellezas de Ledecky, la rusa Yulia Efimova, autorizada a competir a último momento, fue recibida con un sonoro abucheo al hacer su debut en la piscina olímpica. Efimova, campeona mundial de los 100 pecho, logró el segundo mejor tiempo de las eliminatorias en esa prueba y acto seguido dijo que todo lo que le ha sucedido en los últimos seis meses es una “locura». “No entiendo lo que está pasando», afirmó.
Efimova había sido suspendida en medio del escándalo de dopaje auspiciado por el Estado en Rusia debido a que previamente había cumplido una suspensión de 16 meses por uso de sustancias prohibidas. Este mismo año se le detectó la sustancia meldonio, prohibida recientemente, pero el castigo quedó en suspenso, a la espera de que las autoridades antidopaje estudien más a fondo esa droga.
La rusa es una de al menos siete nadadores rusos inhabilitados provisionalmente que fueron autorizados a competir en los Juegos, en una medida que fue muy cuestionada.
El tema cobró prominencia en la misma primera jornada de la natación, el sábado, cuando el australiano Mack Horton, oro en los 400 libre, se negó a saludar al chino Yang Sun, que se alzó con la plata, y luego se justificó diciendo que no quiere saber nada de «quienes se dopan».
“Dio positivo», dijo Horton el domingo. “No tengo nada personal”.