¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

El mercado informal de las economías de los países en desarrollo parece una extensa sabana donde coexisten todo tipo de fieras tratando de agarrar las diversas presas que salen a satisfacer sus necesidades o a solucionar sus problemas de alimentación y bienestar.
Este tipo de economía mayormente existente en las naciones pobres de América Latina, El Caribe, África y Asia, no ha sido estudiada por los economistas y los sociólogos en todas sus implicaciones, pero los ciudadanos de esos países son conscientes de la desprotección social en que viven.
La economía informal o subterránea, como también se le llama a esta forma de la gente sin trabajo buscar el sustento, es producto de la falta de políticas de empleos que deben establecer los gobiernos para asegurar el sustento de las familias y la generación de divisas con esquemas productivos que hagan posible el desarrollo de los pueblos.
Desde el punto de vista social, la economía informal es una forma de vida que despoja a las personas de derechos reconocidos por su naturaleza humana y pertenecer a una sociedad con normas reguladoras de las condiciones laborales y de existencia.
Quien labora en la economía informal, además de la falta de seguridad social y previsional, se afecta en su personalidad y muchas veces debe practicar el engaño y obviar la conducta ética, adiestrándose en las argucias y las habilidades embaucadoras que predominan en esta manera de sustentarse.
La economía subterránea, no es otra cosa que la posibilidad que tiene el desempleado de negociar o vender un servicio por cuenta propia o como dependiente, chiripero, buhonero, motoconcho, taxista, tapicero, artesano, en fin, cualquier manera de generar ingresos.
Esta forma de vivir obliga a las personas desarrollar habilidades para competir con los que interactúan en ese mercado donde hay mucha gente ofertando las mismas mercancías siendo fundamental tumbar al otro para no sucumbir a la miseria.
En este modelo económico se manifiestan todas las formas de comportamiento humano. Hay gente noble, estafadora, honesta, deshonesta, injusta, justa y delincuente, existen empresas eficientes, evasoras de impuestos, factores difíciles de corregir y que conducen al estancamiento, la profundización de la pobreza, la promiscuidad y la corrupción.
Algunos expertos sostienen que la economía informal ayuda despertar la creatividad de las personas, fomenta el emprendimiento y otras modalidades novedosas del mercado, sin embargo, en la República Dominicana, donde más del 50% de la población se gana el pan en ese sector, lo que se nota es un atraso en los niveles de progreso.
¿Cómo es que los políticos de los países en desarrollo no entienden que para que sus países avancen es importante cambiar las políticas económicas por medidas que propicien y fomenten el empleo, la educación y el trabajo?
La República Dominicana posee múltiples recursos con los cuales se pueden crear fábricas generadoras de riquezas. La diversidad de su naturaleza permitiría abrir industrias de medicinas naturales, de artesanías, de agroindustrias y metalúrgicas, sin embargo las autoridades no ven esas potencialidades como posibilidades para el desarrollo económico que se requiere.
La población desearía que este año el Presidente de la República decidiera echar a un lado la política económica actual, por una productora generadora de trabajo y empleo que permitiera a los hombres y mujeres en capacidad de laborar, tener un puesto para ganarse la vida.

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