¿Les digo algo?

¿Les digo algo?

Ignorar los procedimientos institucionales en la gestión estatal es una mala costumbre seguida por los presidentes que han dirigido el país para ejecutar las ideas que se les ocurren, imponer obras o cuestiones beneficiosas para personas o sectores con los que tienen compromisos.
Es tan frecuente esta manera de actuar de quienes dirigen el Estado que se considera que es una herencia perniciosa de los caudillos que gobernaron en los países latinoamericanos en el siglo pasado con una visión antidemocrática y dictatorial.
Actúan como si los poderes públicos estuviesen autorizados a violar las leyes, en una conducta irracional y antidemocrática que impide a los países avanzar bajo criterios de justicia, equidad y respeto institucional, incumpliendo las leyes y normas locales e internacionales que rigen las naciones, conducta que sólo puede detener el pueblo organizado ejerciendo su soberanía.
Es tan común que las autoridades incumplan las leyes, normas, procedimientos y ordenanzas que rigen las actividades del Estado que la población permanece en guardia para defenderse de las acciones de los funcionarios que tienen en sus manos la dirección de las instituciones públicas.
Ahora, la sociedad dominicana, particularmente los residentes de la urbanización Parque del Este, área donde se encuentra el parque del mismo nombre, ha tenido que movilizarse para evitar que el propio Estado destruya el ordenamiento que ha establecido para esa zona de la capital.
La falta de conocimiento y de criterio de que adolece la mayoría de los funcionarios no les permite actuar con amplitud de visión cuando toman decisiones en asuntos importantes como los relacionados con el medio ambiente, los recursos naturales, la deposición de basura, la producción de agua, la preservación de las especies de fauna y flora, el cambio climático y, en fin, todo que envuelve la vida.
La prepotencia y el ejercicio sin discernimiento de los funcionarios no les permite proceder respetando las leyes, ni cumplir las normas establecidas para preservar las condiciones propicias para el desarrollo del país, la rentabilidad de las inversiones que se hagan y, sobre todo, de la paz social.
La falta de criterio que impera en la administración pública es la causa del desastre cometido en el Parque del Este en el gobierno del expresidente Hipólito Mejía. A él y sus funcionarios les pareció que esa área era muy grande y podían coger una parte para construir las instalaciones de los juegos Panamericanos en el 2004.
Mutilaron el parque, hicieron las obras que han permanecido subutilizadas. Ahora la historia se repite con las actuales autoridades, que también piensan que esos terrenos son ideales para una terminal de autobuses, para lo que se ha actuado de la misma forma que las anteriores.
Estas acciones inconsecuentes de ministros, directores y funcionarios cuya misión es trabajar cumpliendo y haciendo cumplir las leyes, las normas y las reglas, no serán permitidas por la ciudanía, que observa indignada las violaciones en que se está incurriendo para levantar una obra que destruye un pulmón vital para la capital y violenta el aparato institucional en que se sostiene el Estado dominicano.

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