El 23 de octubre Bra Dominicana, organización humanitaria dedicada a promover el desarrollo de las familias de los bateyes y comunidades de mayor pobreza del país, realizó la cena anual de celebración de su 21 aniversario teniendo como invitada a la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández y a la embajadora del Canadá, Shauna Hemingway como oradora.
En el encuentro coincidieron representantes de entidades dedicadas al trabajo social y comunitario, líderes políticos y personalidades de la vida social, cultural y deportiva a los que se les presentó el proyecto “Iniciativa de Empoderamiento de la Mujer y las Comunidades” a ejecutar en los próximos cinco años.
La embajadora Hemingway pronunció la conferencia titulada “Empoderando las Mujeres para el Desarrollo Comunitario” en la que destacó las políticas del gobierno de su país para promover el avance de la mujer en consonancia con los objetivos planteados por las Naciones Unidas.
En la actividad en que se ponía de relieve las potencialidades de las mujeres, Margarita Cedeño hizo galas de su sagacidad política, acaparando la atención de los presentes.
Las mujeres políticas de los partidos mayoritarios están en expectativa con las primarias electivas de los candidatos para las próximas elecciones congresuales y presidenciales, ocasión en la que se estrena la nueva Ley de Partidos en el país.
Las militantes dominicanas tienen vasta experiencia en las lides políticas y deben participar en esos procesos sin prejuicios sobre sus condiciones, capacidades y habilidades para desempeñar cualquier gestión en el Estado, incluso la presidencia de la República.
Hoy la coexistencia social impone el trato igualitario de todos los seres humanos, la época en que las mujeres eran tratadas con desventaja debe quedar atrás, exigiéndose que los hombres sean justos en las competencias para las posiciones cimeras de los países.
Pese a esa corriente, aún en 18 países del mundo los esposos pueden impedir legalmente que sus esposas tengan un trabajo remunerado, en 39 las hijas y los hijos no tienen los mismos derechos hereditarios, mientras que 49 países no tienen leyes de protección de la mujer contra la violencia intrafamiliar y en muchos donde estas existen, no se aplican plenamente por falta de las estructuras para su ejecución, ni se ha trabajado para cambiar la imagen de la mujer.
La incursión de las mujeres en las actividades sociales, económicas, científicas y culturales no se ha dado concomitantemente con el cambio de mentalidad que debe producirse en la mayoría de los hombres respecto a la mujer que consideran su propiedad y le imponen sumisión a sus arbitrariedades.
Los hombres han empezado a admitir el derecho de la mujer a entrar en los espacios que ellos controlan, empujados por legislaciones favorables al género femenino, conquistadas mediante luchas desplegadas en todos los escenarios, particularmente desde la Organización de las Naciones Unidas y los organismos en los que se aglutina el mundo.