¿Les digo Algo?

¿Les digo Algo?

El destino de la humanidad se torna incierto con la pobreza que genera la mala distribución de la riqueza, los conflictos armados de los países árabes, la miseria y la violencia en las antiguas colonias africanas, las maquinaciones e intervenciones de los Estados Unidos y las potencias europeas, la corrupción, las injusticias, el deterioro ambiental, el relego de los valores culturales y políticos, la intolerancia y la explotación del hombre por el hombre.
En este panorama, que no es pesimismo si no realidades, América Latina se encuentra desconcertada y paralizada, atada como ha estado desde la llegada a sus aguas del conquistador europeo, gravitando sus países entre ser y no ser, consecuencia del colonialismo y la dependencia que se les han impuesto.
El entramado social de inequidades ha llevado a muchos pueblos a emigrar, especialmente al viejo continente, huyendo de los males sociales que no les permiten desarrollarse dignamente.
Esta es una de las razones por las que las Naciones Unidas (ONU) decidieron abordar el problema de las emigraciones que implica que millones de personas abandonen sus hogares huyendo de guerras o procurando mejores condiciones de vida.
La entidad de carácter supranacional, como órgano regulador de las relaciones internacionales y árbitro de los conflictos para garantizar la paz, planteó, luego de múltiples discusiones, el Primer Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular.
La ONU expone que el pacto es el primer intento para gestionar los flujos migratorios de forma integral y a escala internacional y que refleja el entendimiento común de los gobiernos de que la migración que cruza fronteras es, por definición, un fenómeno internacional y que para tratar con efectividad esta realidad global es necesaria la cooperación para ampliar los impactos positivos y disminuir los negativos.
La realidad es que debido a las injusticias y las inequidades sociales la migración es un fenómeno que irá creciendo cada vez más y peor, pudiendo llevar a que las avalanchas humanas que ansían mejores condiciones de vida y paz, se conviertan en detonantes de una cuarta guerra mundial.
En cada nación la migración tiene características particulares, aquí la mayor migración es la proveniente de Haití, país con el que la República Dominicana comparte la Isla Española, motivo principal de que el Gobierno no se atreviera a firmar el pacto de la ONU al generar cuando se publicó la información una fuerte oposición en una amplia diversidad de sectores.
El sentir nacionalista es un sentimiento espiritual que se forja en el corazón de los hombres y mujeres sobre su patria, pero cuando ese sentimiento obnubila la razón y discernimiento, se convierte en una amenaza para la paz entre los pueblos.
La República Dominicana es uno de los países que tiene más ciudadanos dispersos por el mundo: en Estados Unidos, Canadá, España, Puerto Rico, Alaska, Holanda, Egipto, San Marteen, Aruba y en el mismo Haití, al no firmar el pacto se ha privado a esos dominicanos (as) de ser favorecidos de esa visión que las Naciones Unidas han querido dotar el éxodo migratorio.

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