Cuando hablamos de una obra literaria generalmente nos enfocamos en los valores lingüísticos, semióticos, discursivos o estéticos que la informan. También contextualizamos la propuesta artística dentro del desarrollo de la cultura: muchas veces de la cultura nacional, como conjunto de prácticas que se hace en el tiempo y que sirve como gran acto en el que se despliega o se instala el Ser o nuestra forma de estar en el mundo.
Cada uno de estos presupuestos están basados en una teoría sobre el lenguaje que es parte de las reflexiones que sobre el arte se han venido discutiendo en Occidente durante aproximadamente siglo y medio. Las teorías son diversas. En nuestra expresión se encuentran ellas como si construyéramos o des-construyéramos el mapa sígnico y discursivo de lo que somos o aspiramos a ser.
Un aspecto que casi nunca tocamos es la relación que ha tenido la obra literaria de un autor determinado como valor de circulación, como apreciación de otros lectores. Aunque sabemos que pertenecemos a esa otredad, no la acabamos sino que la iniciamos o continuamos. Y esto es lo que me propongo en las líneas que siguen. Luego de establecer un canon de la narrativa de José Alcántara Almánzar debo pasar a señalar cómo la obra de este importante autor se ha difundido y se ha leído fuera de su medio cultural.
Son muchas las ediciones que han tenido los cuentos de este ensayista y narrador. Para muestra presento la siguiente lista de sus publicaciones en el exterior, con traducciones a distintos idiomas, como el alemán, al que fue vertido su cuento El muertico, bajo el título Das tote Kind, y que apareció en la antología Den Tod sterben und das Leben. Dominikanische Erzählungen der Gegewart. Hereausgegeben von Frauke Gewecke. Frankfurt am Main, Verveuert Verlag. Alemania Oriental, págs. 100-111, en 1989. En francés apareció su cuento Ruidos, bajo el título de Bruits en la obra De la Seine au Camú. Un siècle des nouvelles dominicaines, selección y prólogo de René Rodríguez Soriano, traducido por André Charland, y publicado en Santo Domingo por Ediciones de la Secretaría de Estado de Cultura en marzo de 2009, páginas 111-122.
Pero es en inglés donde ha sido vertida una mayor cantidad de sus relatos, como La insólita Irene traducida como My Singular Irene, que apareció en la revista Callaloo 12 (1), págs. 74-78, de The Johns Hopkins University Press, Baltimore, MD, en 1989; mientras que Lulú o la metamorfosis fue traducido como Lulu or the Metamorphosis, en Remaking a Lost Harmony. Stories from the Hispanic Caribbean editado por la estudiosa de Juan Bosch Margarita Fernández-Olmos y Lizabeth Paravisini-Gerbert, publicado en New York por la editorial White Pine, págs. 93-101 en 1995. También el cuento Viajeros como Travelers, apareció en Latin American Literature and Arts. Edición de la Americas Society número 52, págs. 53-57, de 1996. El cuento La obsesión de Eva también fue publicado más tarde como Evas Obsession, en la revista Callaloo número 23, págs. 923-929, en el verano de 2000 junto a Tentaciones como Temptations, Callaloo 23, págs.930-935, del mismo año y el cuento Con papá en casa de madame Sophie como With Dad at Madame Sophies, El zurdo como Lefty; En alta mar como On the High Seas, págs. 952; Él y ella al final de la tarde, como He and She at the End of an Afternoon, págs. 955-959, con motive de la salida extraordinaria de la referida revista en su aniversario vigésimo quinto en 2001 junto a La insólita Irene como My Singular Irene, páginas 3-10. Además el cuento Lulú y la metamorfosis fue traducido con el título de Lulu or the Metamorphosis y publicado en Our Caribbean. A Gathering of Lesbian and Gay Writing from the Antilles; editado y prologado por Thomas Glave, de la editorial Duke University, Durham, London en 2008 y aparece en las páginas 13-20.
También el cuento de Alcántara Almánzar Rumbo al mar fue traducido por Luis Guzmán Valerio y publicado en la Revista Sargaso en 2009 en las páginas 17-20, bajo el título Seward Bound. Un cuento fue traducido al islandés, La insólita Irene, como Hin ótrúlega Irene y aparece en la antología de Erla Erklendsdóttir og Kristín Gudrún Jónsdóttir, Svo Fagurgrænar og friósamar. Háskólaútgáfan. Reykjavík, Islandia en el 2008, págs. 81-86 y 326-332. Finalmente fueron traducidos al italiano los cuentos En alta mar y Presagios, como In alto mare y Presagi y publicados en la revista Limmaginazione, número 162 de noviembre de 1999, mientras que los cuentos La insólita Irene (Linsolita Irene), En alta mar (In alto mare) y Lulú o la metamorfosis (Lulú o la metamorfosi) aparecen en I cactus non temono il vento. Racconti da Santo Domingo, una selección del profesor Danilo Manera de la Universidad de Milán para la editorial de Giangiacomo Feltrinelli en 2000, publicados en las páginas 167-174, 175, 176-186. Otros cuentos de Alcántara Almánzar han aparecido en español en el extranjero. No los vamos a enumerar aquí para no agotar la paciencia del amable lector.
La obra de José Alcántara Almánzar ha sido objeto de estudio en varias universidades fuera de la República Dominicana, como la tesis de la doctora Nívea de Lourdes Torres en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y Caribe titulada El enigma de las máscaras: la narrativa de José Alcántara Almánzar publicada por Editorial Isla Negra en 2002. Este estudio de 345 páginas constituye una excelente aproximación a partir de un método que une las formas narratológicas, el esquema actancial de Mieke Bal, y el análisis temático-semántico de lo grotesco y lo maravilloso, unido a una visión de la obra narrativa como neorrealismo social y neorrealismo psicológico.
Esta obra acierta en contextualizar la escritura de narrador y crítico literario dentro de una amplia corriente neorrealista de la literatura hispanoamericana. Se podría postular que la obra de Alcántara se caracteriza por un trabajo de la escritura que no abandona la representación de las dificultades de la gente de abajo, lo que se manifiesta en el tema de la pobreza, la persecución política y el papel que juega la mujer en la sociedad. Temas que el narrador trabaja con maestría y dentro de las técnicas y estilos narrativos que van desde la escritura de ur-tipo de Juan Bosch y Horacio Quiroga hasta las técnicas usadas por los autores del llamado Boom latinoamericano.
En el tema del neorrealismo social, más allá del realismo social de Juan Bosch y los escritores de las décadas de 1930 y 1940, como José Luis González y Emilio S. Belaval, en Puerto Rico, y Jorge Onelio Cardoso, en Cuba, realiza Almánzar un despliegue inusitado de significados producidos por narradores en primera y tercera persona mediante un lenguaje sencillo que no imita la coloquialidad del hablante, pero que no deja de recuperar un habla dominicanista de fuertes rasgos populares.
José Alcántara Almánzar toma el cuento modélico de Bosch y lo despliega hacia la ciudad y sus alrededores, sin alejarse de autores de la generación precedente como Miguel Alfonseca y René del Risco y Marcio Veloz Maggiolo, autores que como él han buscado desvelar ante los ojos de los lectores una relación nueva entre el tiempo y el espacio, cronotopo que se abre en la década del sesenta en la cultura dominicana.