La industria del ron de República Dominicana –que debería ser un sector estratégico por su capacidad de generar empleos, sus productos de clase mundial, sus aportes fiscales y proyección internacional del país como marca- enfrenta situaciones que afectan su competitividad, como la sobrecarga de impuestos, que se ha convertido en el mayor incentivo para la informalidad y la evasión fiscal, así como reglas del juego inequitativas entre actores del mismo sector.
El planteamiento fue hecho por el presidente de Brugal & Co., Augusto Ramírez, durante el Foro Forbes “ El futuro está aquí”, en el que participaron más de 300 líderes empresariales de Latinoamérica.
El ejecutivo sostuvo que, en la actualidad, por cada 100 pesos que se pagan por una botella de ron, 63 corresponden a impuestos, pero que esto sólo se aplica a empresas que cumplen sus obligaciones fiscales, pues otras la evaden.
“Necesitamos instituciones fuertes, consistentes, independientes, no politizadas y con los recursos y las capacidades técnicas que requiere un mercado como el nuestro, abierto y tan vulnerable a la informalidad, al comercio ilícito y a las prácticas anti competitivas”, subrayó.
Destacó que la responsabilidad de la falta de legalidad recae no sólo en el Estado dominicano, sino también en aquellos empresarios que no cumplen con las leyes.
Sostuvo que el rol más importante del Estado es regular el mercado.