Lo captado y lo dejado de captar

Lo captado y lo dejado de captar

El más reciente informe de la CEPAL nos confirma como líder del Caribe en captación de inversión extranjera directa (IED). Durante el año 2014 fuimos destino del 37% del total de las inversiones hacia los países de la región. Ese logro es, sin duda, la coronación de los esfuerzos hechos por el Estado, en alianza estratégica con el sector privado, para facilitar el comercio exterior por medio de actualización continua de las garantías jurídicas, agilización de procesos, simplificación de requisitos y estímulo de la innovación.

Sin embargo, evaluar los logros tangibles obliga a revisar causas no ponderadas en ese estudio, pero sin duda influyentes en el comportamiento de la IED. ¿Habríamos captado aún más inversión si nuestro sistema eléctrico fuera eficiente y confiable, si el transporte de carga fuera de libre contratación y exento de extorsión, o si la jurisdicción inmobiliaria estuviera ordenada y libre de mafias y distorsiones?

Las respuestas a esas preguntas plantean serios desafíos, y la vuelta política de Cuba al sistema interamericano, con restablecimiento de nexos comerciales y todo, es un factor que obliga a revisar estrategias de comercio exterior para afincar nuestra posición de liderazgo en la captación de IED en la región del Caribe. Nunca debemos dormirnos en los laureles de ese liderazgo, y mucho menos estando Cuba en el ajedrez.

¿En qué ayuda parar hospitales?

Los hospitales del Estado han estado en la palestra, unos por fallas de construcción y otros por precariedades financieras y técnicas. Esas son causas más que suficientes para formular ante el Gobierno los reclamos pertinentes, en procura de correctivos urgentes. Pero paralizar los hospitales del país como método de lucha tiene el inconveniente de que agrava las precariedades, y si antes pacientes de algunas comunidades se perjudicaban por las deficiencias, ahora se perjudican todos a nivel nacional por los efectos del paro.
Desde cualquier punto de vista paralizar los hospitales agrava la situación de pacientes. En este aspecto creemos que el Colegio Médico Dominicano ha escogido una estrategia de lucha de muy alto costo social. Todavía el diálogo no ha perdido su virtud de ayudar a conciliar discrepancias.

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