PUERTO PRÍNCIPE, Haití. Unas 10 mil personas marcharon el miércoles por la capital de Haití en protesta por lo que dicen es «el maltrato crónico a sus paisanos en la vecina República Dominicana, donde muchos haitianos han vivido durante años a la sombra de la ley».
La demostración fue pacífica en su mayor parte, con personas de todas las edades que ondeaban banderas haitianas y exigían que los dominicanos respeten los derechos humanos de los haitianos. La marcha fue organizada por una asociación de abogados y grupos civiles.
Cuando la muchedumbre llegó al consulado dominicano, un sujeto se las ingenió para subir al techo y arrancar la bandera dominicana, que entonces fue rociada con combustible y quemada ante la ovación de los presentes. Algunos manifestantes persiguieron brevemente a una mujer que pensaron era dominicana. No hubo reportes de arrestos por parte de la policía.
Algunos de los agentes que custodiaban la protesta también llevaban banderas de Haití. “Se generó un hecho de violencia que no podemos aceptar bajo ninguna circunstancia”, dijo en Santo Domingo el canciller dominicano Andrés Navarro, en referencia a los hechos en la sede consular, a la que también le arrojaron piedras.
Por la noche, Navarro convocó de urgencia a una rueda de prensa para denunciar “la tensión en la que viven las misiones diplomáticas dominicanas” en Haití, ya que en enero manifestantes haitianos también ingresaron al consulado de República Dominicana en la localidad de Anse-a-Pitre y retuvieron al personal durante varias horas.
“El gobierno ha sido paciente ante esas violaciones, pero es necesario que las autoridades de Haití entiendan que la paciencia tiene límites”, advirtió el diplomático. Anunció que envió una nota de protesta al gobierno haitiano y llamó a consultas al embajador dominicano en Puerto Príncipe, Rubén Silié.
La manifestación ocurrió unas dos semanas después que un limpiabotas de ascendencia haitiana fue encontrado ahorcado, con manos y pies atados, colgado de un árbol en una plaza de la ciudad dominicana de Santiago. Los haitianos creen que el hombre, llamado Henry Claude Jean, fue víctima de violencia racial, pero según investigadores dominicanos al parecer fue asesinado por otros haitianos.
La protesta fue motivada “por una total desinformación”, explicó el canciller Navarro. Recordó que “los principales sospechosos del asesinato del ciudadano haitiano también son haitianos”.
El jefe de la policía dominicana, Manuel Castro, había recordado horas antes que la institución persigue a dos haitianos como sospechosos del asesinato.
Nadie sabe con certeza cuantos inmigrantes haitianos viven en República Dominicana, pero la ONU calcula que podrían llegar a medio millón. Ambos países comparten la isla caribeña de La Española, separadas por una frontera porosa.
Comparativamente mucho más rica que su vecina, República Dominicana ha sido desde hace mucho tiempo un imán para trabajadores haitianos poco calificados, pero las autoridades dominicanas han tratado de limitar el cruce fronterizo irregular en años recientes.
En 2013 el Tribunal Constitucional dominicano determinó que los nacidos en el país entre 1929 y 2007 de padres extranjeros que no tuvieran permiso de residencia no tenían derecho automático a la ciudadanía y ordenó abrir juicios individuales para anularles la nacionalidad.
Sin embargo, ante la presión internacional, el gobierno dominicano decidió revalidar la nacionalidad de quienes estuvieran inscritos en el registro civil, pero los cerca de 60.000 que nunca tuvieron acta de nacimiento debían registrarse como extranjeros y naturalizarse dominicanos en un plazo de dos años.
La fecha para registrarse como extranjeros venció el 1 de febrero y sólo 8.000 solicitaron su inscripción.