El locutor y abogado Ángel Encarnación Castillo sugiere al Ministerio de Cultura, a la Asociación de Cronistas de Arte –Acroarte–, a los bachateros o al pueblo dominicano en general, la realización de un homenaje póstumo al fenecido radiodifusor Radhamés Aracena, fundador de la emisora Radio Guarachita.
“Todos los que tuvimos el privilegio de vivir durante las décadas de 1960, 1970 y 1980 en el Distrito Nacional, municipios o zonas rurales, tuvimos la oportunidad de escuchar una emisora en Amplitud Modulada (AM), no solo por el dinamismo que le impregnó en la música para el deleite de los oyentes, sino también por el estilo y profesionalidad de los locutores”, indica el comunicador y jurista.
Encarnación recuerda el impacto que tenía en la población dominicana el famoso “servicio público de Radio Guarachita”, en una época que solo escasos privilegiados contaban con teléfonos en sus hogares o sus negocios, mediante los cuales, los interesados enviaban mensajes urgentes a sus familiares o amigos, agradables o desagradables, convirtiendo la emisora en un medio de comunicación al servicio de la clase media, baja y muy baja, como era la rural, que habitaba en los lugares más recónditos del país, con su llamado de atención: “los servicios públicos de Radio Guarachita no tienen horas fijas para ser pasados”.
“Algo que no debo dejar de manifestarles es que locutores de la primera generación de Radio Guarachita, como Freddy Ortiz y otros buenos profesionales del micrófono que no tendríamos espacio para mencionar, a los cuales les pido me dispensen, así como los que han dejado este mundo terrenal, como Bernardo Palau Pichardo, Marcia Matos, Alberto Tamárez, William Tavares y demás que identificaron la estación, voces que expresaban frases como ‘solamente el sol cubre más a la República Dominicana que Radio Guarachita’, o ‘nuestra antena poli-direccional de 360 grados lleva hasta ustedes nuestro mensaje de amistad y les invitamos a que nos sigan escuchando en la frecuencia de 690 kilociclos. Estamos radiando desde Santo Domingo, cubriendo toda la República Dominicana”, escribe Encarnación Castillo.
Sólo por los servicios públicos prestados al pueblo, es motivo más que suficiente, sin importar clase social, y sin costo alguno, para que el Ministerio de Cultura, Acroarte, el Círculo de Locutores, el Congreso Nacional, la Alcaldía del Distrito Nacional y de la provincia Santo Domingo y los bachateros gestionen algún homenaje para abonar la deuda de gratitud a Radhamés Aracena.