Una de las quejas principales de los jóvenes locutores es la falta de oportunidad para emprender un camino en la radio. Sin embargo, para el destacado profesional del micrófono Rodolfo Espinal, la realidad es que los nuevos profesionales no están buscando oportunidad, sino el estrellato en poco tiempo.

“Yo considero que en el país sí se le está dando oportunidad a los jóvenes, pero los locutores están buscando el estrellato en poco tiempo, es decir, quieren iniciar en una emisora de rating, para vanagloriarse en decir ‘trabajo en tal emisora’ y todo debe hacerse a su debido tiempo, porque la personalidad radial que puede adquirir un locutor la consigue con el tiempo, no de un día para otro como muchos creen”, comentó Rodolfo Espinal a ¡Alegría!, agregando que las emisoras comunitarias son las principales fuentes de enseñanza, pues les permiten a los jóvenes aprender a trabajar y familiarizarse con esta carrera.
Espinal cuenta que su pasión por la locución inició a la edad de 7 años, cuando su padre, siendo cónsul dominicano en Curazao, tenía un programa para los dominicanos que vivían allí. Él era quien trabajaba como voz infantil.
Destaca, además, que en la escuela donde estudió había un programa para adiestrar a los estudiantes de cómo interactuar con los medios de comunicación, así como un programa juvenil en el cual participó y dirigió durante dos años.
Ya con las experiencias adquiridas desde niño en Curazao, cuando se mudó al Líbano junto a su padre, que fue trasladado como cónsul a ese país, Rodolfo Espinal -quien es la voz oficial del Metro de Santo Domingo-, pasó a formar parte de Radio Beirut Internacional, haciendo programas en español.
Rodolfo recuerda que su primer contacto con la radio dominicana fue fortuito, ya que inmediatamente llegó al país, en 1963, comenzó a trabajar en una de las frecuencias más populares de aquellos tiempos, Radio Mil.
“Cuando llegó al país Joaquín Jiménez, de Radio Mil, me dijo ‘tú tienes buena voz’. Me preguntó si me atrevería a hacer un programa en su emisora y le dije que sí, ya que tenía mucha música internacional que en el país no se conocía. Y cuando me preguntó qué horario quería le dije los domingos de 8:00 a 12:00 de la noche, pero él me dijo que no, porque en ese tiempo las emisoras cerraban los domingos a las 8:00 p. m. y no abrían hasta el lunes. Luego lo convencí y aquello fue un éxito”, comenta Rodolfo en referencia al recordado programa musical llamado “Mil serenatas”.
“El espacio se convirtió en un toque de queda, porque no había más nada en ese horario en la radio dominicana y yo empecé a colocar esas baladas italianas, francesas, españolas, que nadie aquí había escuchado. Y de hecho, me siento muy a gusto en decir que con ese programa yo hice que muchas parejas se enamoraran y hasta se casaran, porque ponía música romántica que promovía el amor”, confesó Espinal, quien reveló que para ese entonces su primer pago fue de RD$100.
Luego de “Mil serenatas” en Radio Mil, pasó a la emisora Radio Universal con el espacio “Europa musical”. En la actualidad trabaja en la emisora Raíces, donde conduce el programa “Una excelente mañana”, de lunes a sábado, de 9:00 a doce del mediodía, y los domingos, de 9:00 a 10:00 a. m.
Con 50 años de trayectoria profesional, Rodolfo Espinal sostiene que durante este tiempo ha visto que la locución en la República Dominicana ha cambiado mucho su objetivo.
“En mis tiempos había muy buenos locutores y directores de emisoras que le exigían profesionalidad al locutor. Además había un concepto claro de que la radio es para educar, informar y entretener, pero todo basado en el respeto, sin caer en cosas banales, pero ahora los jóvenes han preferido el estrellato en vez del respeto al público y se han introducido a los oyentes en un bolsillo, en el cual los propios radioescuchas se han dejado introducir, y eso es algo lamentable”.
Reconocimiento. El Círculo de Locutores Dominicanos le ha dedicado este mes de abril a don Rodolfo Espinal por sus aportes a la formación educativa, algo que dice que lo hace sentir muy honrado, ya que ha puesto su granito de arena.