Conforme a la versión del director de Minería, pensionado por Falconbridge favoreciendo la explotación de Loma Miranda y el ministro de Medio Ambiente de que con esa área “se hará lo que convenga”, el futuro y la suerte de ese bosque está decidido.

Son declaraciones a manera de avanzada del destino de Loma Miranda, porque juicio elemental que ambos altos funcionarios se aventuraran a expresarse en términos tan claros, sin disponer del aval presidencial, que es el árbitro de esa y la inmensa mayoría de las decisiones de Estado, por no decir de todas.

La Academia de Ciencias y la comunidad de La Vega, donde está enclavada Loma Miranda, han rechazado la explotación del área boscosa aduciendo que liquidaría una importante red hídrica, donde nace una miríada de manantiales y arroyuelos que fluyen a la presa de Rincón, y que los químicos usados en la explotación, contaminarían.

Con Loma Miranda acontece lo mismo que la carretera Cibao-Sur que el presidente Danilo Medina dispuso que fuese de SJM atravesando la Cordillera Central, la llamada Madre de las Aguas de RD, porque nacen las principales fuentes hídricas, en vez de ampliar la arteria Ocoa-Piedra Blanca de dos a cuatro carriles, y lo mismo que Bahía de las Águilas, explotarla con asesoría técnica para preservar la vida animal de su entorno.

En los tres casos los factores determinantes no consisten en la preservación, sino en la explotación para generar cuantiosos recursos que siempre todos los gobiernos del mundo requieren, y ante esa disyuntiva donde no valen tu tía, confiamos que el presidente Medina los invierta en su política de profundo sentido humano de multiplicar la dignidad económica a sus gobernados, como ejecuta.