Los puestos de comida callejera se incrementan en la capital y en casi todos los pueblos del país, lo que los expertos vinculan con la pobreza y el desempleo que lleva a la gente a ver como su posibilidad de sobrevivir, poner un puesto de comida.
Los controles sanitarios son casi inexistentes, lo que hace que los consumidores se expongan a enfermar por las más variadas bacterias.
La población que consume alimentos en las calles está expuesta a contraer bacterias como la Salmolla, Listeria, Escherichia coli, Schigwella, Ameba, Estafilococco, los rotavirus y el virus de la hepatitis A.
Luis Emilio Féliz Roa, director de Salud Ambiental de la secretaría de Salud Pública, la microbióloga Janeth Pinzón y los doctores Clemente Terrero y Carlos Manuel Féliz, del departamento de Infecciones Nosocomiales del hospital Robert Reid Cabral se refieren a la situación que ya tiene implicaciones sanitarias serias en el país.
Asimismo, las personas pueden resultar afectadas con salmonelosis, diarrea, amebiasis y hepatitis A. Gastroenteritis y otras afecciones de las vías digestivas que pueden llevar a la persona a la muerte se pueden obtener a través de alimentos callejeros.
Se trata de un problema social con matizaciones económicas, es gente que vive de lo que vende en las calles, pero debe haber una salida para no proliferar tantas enfermedades, coincidieron los médicos y la microbióloga colombiana, residente en el país.
Para Féliz Roa, la venta de comida callejera constituye un problema complejo, pues los vendedores que son adiestrados en torno a manejo adecuado de alimentos y están hoy en un puesto, al otro día ya no están. Los que ocupan ese puesto necesitan el mismo entrenamiento, insiste.
En las calles se puede comprar todo tipo de alimentos, arroz, habichuela y carne, junto a ensaladas crudas y hervidas. En horas de las mañanas el comprador puede adquirir frutas, yaniqueques, plátanos fritos, frituras de carne, huevos hervidos y fritos, empanadas, espagueti y los más variados tipos de jugos, ya sean de frutas o sintéticos.
Los vendedores usan platos higiénicos y los alimentos se cuecen en calderos y ollas. Para los especialistas, una de las mayores fuentes de contaminación son las frituras, los aceites recalentados y las variaciones de temperaturas. También puede haber contaminación a través de las frutas y el manejo de las ensaladas verdes, enfatizaron.
Existe una unidad de vigilancia de alimentos en la vía pública, cuyos técnicos trabajan en un censo para determinar la cantidad de vendedores callejeros, y de esa forma poder educarlos. Este año han sido capacitados no menos de 5,000 vendedores.
La Ciudad Colonial, el parque Independencia, los hospitales y donde quiera que se concentra gente, hay vendedores ambulantes de alimentos y bebidas.
Las claves
1. Enferma
La venta de alimentos callejeros constituye un serio problema de salud en el país, pues las personas adquieren por esa vía las más variadas enfermedades.
2. Los sitios
Las zonas universitarias, los alrededores de los hospitales y la de los parques son los lugares en donde más vendedores se concentran. Los alimentos van desde la bandera (arroz, habicuela y carne) hasta frutas y carnes fritas.