Los cubanos aún sorprendidos y perplejos por el acercamiento a Estados Unidos

Los cubanos aún sorprendidos y perplejos por el acercamiento a Estados Unidos

Maestros y estudiantes escuchan un mensaje en vivo del presidente cubano Raúl Castro sobre el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y EEUU, en una escuela en La Habana, el miércoles 17 de diciembre de 2014. Se trata del cambio más significativo en la política estadounidense hacia Cuba en más de 50 años. (Foto AP/Ramon Espinosa)

LA HABANA. AFP. Informados exclusivamente por medios bajo control estatal, muchos cubanos desconocen el real alcance de la reconciliación con Estados Unidos, el país que durante más de 50 años fue su archienemigo declarado.  

«Todavía estoy en shock, digamos que digiriendo la noticia, pero realmente me faltan elementos para armar el rompecabezas», declaró a la AFP Rolando Rodríguez, de 44 años.

Es que el presidente cubano Raúl Castro «fue muy parco» al anunciar el miércoles el camino hacia la normalización de las relaciones con Estados Unidos, explicó este hombre que se dedica a lavar autos en el céntrico sector habanero de El Vedado.

Tampoco hubo un «buen artículo» sobre «el origen e impacto de un anuncio tan estremecedor», añadió.

«No es que sea pesimista, es que soy realista y tengo muchos cabos sueltos en este asunto», insistió el hombre, quien aseguró haber pasado «buena parte» de su vida intentando «escapar» a Estados Unidos «en busca de un futuro mejor».

El abogado cubanoamericano Manuel Ramos, de 62 años y quien regresó a vivir en Cuba hace cinco años, contó que se emocionó hasta las lágrimas cuando Raúl Castro hizo el histórico anuncio por la televisión cubana.

Un anuncio que él esperó «durante 54 años», pues sus padres lo sacaron de la isla el 3 de enero de 1961, el mismo día en que Washington rompió relaciones diplomáticas con Cuba.

Pero pasada la gran emoción, ahora se despertó con grandes dudas: «hasta ahora lo único que tenemos son promesas de cambio», afirmó.   «Ahí están Raúl y Obama diciendo que ya, que restablecemos relaciones, pero qué significa esto», añadió el abogado.

«Obama es un caballo».

Muchos cubanos festejaron el anuncio de la reconciliación tras más de medio siglo, y algunos incluso echaron sus sueños a volar, pese a que Raúl Castro subrayó que el embargo que Estados Unidos impuso a Cuba en 1962 seguirá vigente.

«Una buen relación con Estados Unidos nos traerá prosperidad. Con el dinero que tienen esos yumas (estadounidenses) el bloqueo se viene abajo en tres días», pronosticó Yordanis Herrera, un bicitaxista de 35 años que trabaja en La Habana Vieja.

El anuncio ocurre en un año aciago: la economía cubana tocó fondo en 2014, con un crecimiento del PIB de apenas 1,3%, el más bajo desde que Raúl Castro inició sus reformas en   2008.

El electricista Armando Rodríguez, de 49 años, fue más lejos: «Sueño con la llegada de miles de turistas y con empresas norteamericanas colmando la zona franca (del nuevo megapuerto) de Mariel», 45 km al oeste de La Habana.

«Obama es un caballo (apodo con el que los cubanos dan a Fidel Castro), ahora sí se ganó el Nobel de la paz», indicó Rodríguez.

Los detalles del acuerdo fueron cayendo por cuenta gotas y dispararon las expectativas del pequeño sector privado que florece al amparo de las reformas económicas de Raúl Castro.

No es para menos: A partir de ahora se cuadruplica el monto de las remesas permitidas (de 500 a 2.000 dólares) por trimestre por persona, y facilita los viajes de estadounidenses a la isla.

«Este país puede ser clave para el turismo estadounidense», comentó el economista Juan del Sol, de 52 años, quien alquila el portal de su casa al restaurante «Dulce Habana».

Pero más que un posible arribo masivo de turistas estadounidense a la isla -275.000 visitaron Cuba en 1957 frente a 90.000 en 2013, según cifras oficiales-, Silfredo Reyes, dueño del restaurante privado «Abdala», consideró que una mejor relación entre Cuba y Estados Unidos podría beneficiar la venta de insumos para su negocio.

«Puede ayudar a Cuba a crear la infraestructura que necesitamos para hacer nuestro trabajo», concluyó Reyes.

Es que el acuerdo busca además «empoderar al naciente sector privado cubano», permitiendo a los estadounidenses exportar materiales de construcción y equipamiento agrícola a Cuba, algo impensable hace apenas unos años.

Falta aún sortear varios obstáculos antes de poder celebrar el fin del embargo, el bloqueo económico, comercial y financiero más largo en la historia de la humanidad que en febrero de 1962 impuso el presidente John F. Kennedy.

Pero los cubanos ya se preparan y sueñan con los cambios.

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