Los desertores

Los desertores

Claudio Acosta.

Los desertores.- Apenas veinticuatro horas después de anunciarse al mundo la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, acontecimiento calificado de histórico, el expresidente Leonel Fernández elogió el gesto del presidente Barak Obama de buscar un acercamiento oficial con la isla caribeña, al tiempo que resaltó la resistencia demostrada por el pueblo cubano ante el aislamiento y el asfixiante embargo económico. Pero nunca se ha sabido, a pesar de los intensos y acalorados debates, aquí en su patio, alrededor del aborto y su despenalización, cuál es su opinión al respecto. ¿Está de acuerdo con las observaciones del Poder Ejecutivo al Código Penal o con la posición de las iglesias? Tampoco ha dicho esta boca es mía el Comité Político, que no ha vuelto a reunirse jamás para no tener que discutir temas como la reelección y las acusaciones de corrupción contra varios exfuncionarios peledeístas, y a excepción de Radhamés Segura los precandidatos presidenciales también se metieron la lengua en el bolsillo. Pero en el ínterin dejaron solos al presidente Danilo Medina y a su gobierno, que tuvo que librar una feroz batalla con las iglesias y sectores conservadores de la sociedad dominicana. Y aunque fue obvio, vergonzosamente obvio, el miedo de los diputados peledeístas a posibles represalias de las iglesias, también lo fue el oportunismo de los que primero pensaron en sus propias aspiraciones políticas, después en el partido y por último en el gobierno; hasta que cayeron en la cuenta de que afilaban cuchillo para sus propias gargantas si cedían a su chantaje y aprobaron, con más maña que buena conciencia, las observaciones presidenciales. Pero en ese precipitado cambio de ropaje se les vio el refajo, y ya no habrá manera de ocultar –como tantos peledeístas– en lo que se han convertido: en desertores de sí mismos, de los ideales que juraron servir, del catecismo político que prometieron honrar.

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