El 24 de febrero último, el presidente Danilo Medina inauguró la avenida de Circunvalación Norte|, en Santiago de los Caballeros, vía de 26 kilómetros a cuatro carriles bordeando la zona norte de la Ciudad Corazón, a un costo de RD$130 millones, de un conjunto de 41 obras viales con 94.64 kilómetros, que esperaron 19 años para su ejecución.

Pero aunque es parte de su política diversificadora en obras y en uncir a productores a la magia del crédito cada domingo, en realidad los ejes económicos del presidente Medina se sustentan en construir la presa de Monte Grande, cumplir su propósito de incorporar al final de su administración a diez millones de turistas, construir diez mil aulas este año.

Construir 25 mil soluciones habitacionales de interés social, explotar Loma Miranda, construir las plantas de carbón y solucionar el déficit energético de 40 años, explotar Bahía de las Águilas en un gigante proyecto joint venture y cobrar lo justo a Barrick Gold.

Esos son los ejes económicos que se percibe sustentan la ofensiva creativa de su Gobierno, haciendo de verdad lo que nunca se ha hecho, sin aspavientos, sin discursos académicos, con una sillita de plástico de cien pesos o en una mecedora, en camisa o con jacket, a veces formal, sin kepis detrás, siempre con su estilo sencillo, pero no chabacano, expresivo a veces, sin desdecir de la solemnidad de un gobernante.

Es posible que el presidente Medina no se contradiga y no decida repostularse, aunque conoce que este es su tiempo, y muchos que no son él así creemos, de nadie más, por su obra de Gobierno sin grandilocuencia pero con eficiencia, con danilocuencia sin insolencias, con el soporte de los ejes económicos reseñados. ¡Ay, papá!