Los emplastos legales

Los emplastos legales

Una parte importante del “patrimonio cultural” dominicano consiste en que las leyes son promulgadas “para no ser cumplidas”. Conozco un legislador que declaró estar cansado de promover leyes justas, previsoras, modernas, y comprobar después que no eran aplicadas en muchísimos de los casos. Cuentan que en la época colonial algunos funcionarios de la corona española, al recibir y conocer reglamentos reales, decían: “se acata pero no se cumple”, si las disposiciones “no convenían” a los colonos. La acción más frecuente de nuestros grupos sociales es “buscar la forma” de que las leyes sean modificadas o reformadas. Cada gobierno cambia las leyes del gobierno que le precede.

Don Miguel de Unamuno afirmaba que, en España, el gobierno anterior equivalía a “la prehistoria”. Algo de eso hemos heredado de la Madre Patria; otro poco de “la dominación haitiana” y, por supuesto, bastante es de nuestra propia cosecha, fruto del caudillismo y de la arbitrariedad dictatorial. Un antiguo Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, para no tener que investigar sobre cada artículo de las leyes viejas, escribía al final de cada ley nueva: “esta disposición deroga cualquier otra que sea contraria”. Esto ocurre con leyes impositivas, con reglamentos bancarios, con normas sobre la propiedad. También en lo tocante a las cuestiones electorales.

Hemos tenido treinta y siete constituciones; de una manera o de otra, nuestros gobernantes se las han arreglado para disponer de algún artículo parecido al famoso 210 que utilizó el general Santana para hacer “lo que le daba la gana”. Si esto sucede con la Ley Fundamental o “substantiva”, ¿qué no ocurrirá con las miles de leyes adjetivas que “pululan” en las gacetas oficiales? Muchos abogados dominicanos son expertos en “los huecos” que dejan las modificaciones de ciertas leyes.

Nuestros legisladores, aparentemente, no son muy duchos en “conceptualizar”, como ahora se dice. A la hora de definir qué es el “Patrimonio Cultural” de un pueblo, es probable que experimenten “vértigos intelectuales”. Cultura es una idea omniabarcante; incluye la historia, la lengua, las costumbres, la música, la cocina, las artes, la danza, la arquitectura, pensamiento, poesía, literatura, folclore. Para modificar la Ley 41-00/2000 los legisladores necesitarán un “filósofo de alquiler” que ilumine, geométricamente, cada arista de la cultura.

 

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