Veracruz (México). Los golpes más dolorosos que ha recibido el boxeador dominicano Alberto Puello han sido ilegales y se los propinó un niño abusador llamado Alfredo hace un montón de tiempo en la escuela cuando salían al recreo.
«(Él) Era más grande y golpeaba a todos, entonces yo tenía como 12 años y después de cada pleito iba a buscar a mi papá para que me defendiera. Un día me apunté en boxeo y el asunto se resolvió solito”, cuenta a Efe Puello, peleador de la división welter.
Puello, de 20 años, es uno de los jóvenes púgiles más talentosos de la República Dominicana y debutó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe con una victoria unánime sobre el costarricense Manuel Guzmán; estuvo a punto de alcanzar medalla, pero fue derrotado ayer por el campeón olímpico cubano Roniel Iglesias.
El dominicano es un púgil fuerte con buen alcance para la división, pero ante Iglesias mostró su falta de experiencia ante el mejor del mundo en su peso, además de cierta tendencia al cansancio que ya antes le había aparecido en su primer combate. “Lo tengo claro, necesito mejorar la resistencia, venía por una medalla, pero el sorteo fue malo y no se pudo”, aceptó.
De niño Alberto era de carácter fuerte y a menudo tenía peleas con otros chicos en su barrio en San Juan de la Maguana, en el occidente dominicano, donde nació.
Un día de 2006 entró a un gimnasio de boxeo y pronto aprendió a danzar en el ring, a pegar de la manera más certera y a defenderse, lo cual lo convirtió en líder entre los adolescentes de su edad y en la esperanza de sus amigos para detener al abusador “Yo me peleaba en el recreo, pero casi siempre me majaban (golpeaban) y lo peor era cuando se paraba delante de mi aquel; ahora debe tener como 25 años porque era como cinco años mayor.
Por aquel tiempo me lo encontré par de veces y le fue mal”, cuenta con una risa de burla que humaniza su rostro sudado de expresión dura.
Como la mayoría de los boxeadores que compiten en los juegos regionales de Veracruz, Alberto Puello sueña con ser boxeador profesional, pero por ahora está concentrado en mejorar su nivel con la idea de clasificarse a los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.
“Seguiré entrenándome fuerte porque quiero estar en julio en Toronto y después en los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro 2016; lo que pasará luego nadie lo sabe”, explicó a Efe el pugilista. Apenas habla y cuando lo hace no hilvana más de cinco palabras seguidas, pero preguntarle sobre sus comienzos en el boxeo es el equivalente a hacerle una regresión por hipnosis porque se visualiza en la escuela donde fue víctima de acoso escolar y entonces sí cuenta los detalles.
“Fueron tiempos difíciles, pero gracias a ellos crecí; ahora disfruto mucho boxear, sobre todo después del cambio del sistema para decidir los combates”, confiesa en referencia a la sustitución de la computadora marcadora de golpes por tres jueces encargados de calificar asalto por asalto, lo cual, según el púgil, permite que reconozcan más lo artístico de este deporte.
Puello no suele mirar el organigrama de su división en las competencias que toma parte porque nunca le importa conocer su próximo rival, sino ponerse como meta la medalla de oro para lo cual tarde o temprano deberá vencer a todos sin importar el orden. “Queda trabajo por hacer, pero tengo solo 20 años y mucho tiempo”, razona.