Los hijos del diablo (1)

Los hijos del diablo (1)

Eusebio Rivera Almodóvar

La mayoría de las sectas religiosas, en especial las cristianas, tienen su fundamento en la existencia de un ser superior, creador del universo y la humanidad, al que llaman Dios. A él se enfrenta tradicionalmente el diablo, ser inferior, pero capaz de mantener vivas las bellaquerías, delitos y crímenes, a veces horrendos, que se consolidan en el llamado “mal”, contrapuesto al “bien”, que representan Dios y sus súbditos. Hasta aquí me detengo para no profundizar en disquisiciones filosóficas contenidas en millones de libros.
Los que rechazan la existencia de Dios, son frecuentemente asociados con el diablo y aunque sus actos los liguen al “mal” difícilmente se autodenominan “hijos del diablo” aunque excepcionalmente algunos lo confiesan, pero con una filosófica y/o dialéctica justificación: Si Dios es omnipotente, omnipresente, omnisciente y misericordioso ¿cómo y por qué ha permitido que el diablo lo desafíe, los crímenes espeluznantes y masacres de las guerras, la miseria, el hambre, las enfermedades de toda índole y bochornosos actos de injusticia?
Parecería entonces que para quien hay que trabajar es para el diablo, matando, robando, siendo inmensamente crueles y despiadados contra los creyentes, para convencerlos de que Dios no existe, de que lo que predomina es el “mal” porque su dios es falso, más cruel que el mismo diablo porque los deja sufrir aquí en la tierra sin recompensa y a merced de los hijos del diablo.
La tarea de la iglesia se está endureciendo y la batalla es a muerte. Los hijos del diablo están creciendo en número y fortaleciendo su base ideológica y filosófica. ¿Será que ciertamente estamos en los últimos tiempos y que el Apocalipsis llegó?

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