Los inempleables: el caso de los haitianos

Los inempleables: el caso de los haitianos

ANTONIO GIL
Gunnar Myrdal, en El Reto a la Sociedad Opulenta, hace el análisis a la próspera sociedad estadounidense de la postguerra mundial segunda, advirtiendo sobre el creciente ejército de desempleados que surgía con el avance de la tecnología, pero con más preocupación sobre los inempleables, como definió a los que nunca llegan a adaptarse a los nuevos procesos de producción y, por tanto, son totalmente desplazados e inutilizables, lo que los convierten en una gran carga social y económica para la nación.

Este factor de los inempleables no ha sido tomado en cuenta en el proceso que vivimos para la integración al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica. Es bien aceptado y está claramente establecido que para competir realmente en los nuevos mercados, como exige ineludiblemente la integración, el país tendrá que adoptar nuevas tecnologías y esto exigirá cada vez más preparación, tanto de los empleadores y sus empleados en todos los niveles, así como del Estado.

Esta fue una dificultad que Estados Unidos logró superar a medias tras la Segunda Guerra Mundial, porque además debió trabajar a marcha forzada para lograrlo. Durante la guerra, la industria en Europa y Japón fue totalmente demolida. Al hacer la reconstrucción, los europeos y japoneses adoptaron la tecnología de punta de la época. Como resultado, en poco tiempo estaban en condiciones de competir con ventaja con la asentada y todavía no totalmente depreciada pero ya casi obsoleta tecnológicamente, industria norteamericana.

En estas condiciones, Estados Unidos debió acelerar su transformación industrial, pero para hacerlo necesitaba gente con la preparación que exigía la nueva tecnología. Fue así como comenzó el proceso reeducar a los sectores productivos: empresarios y obreros. Durante ese proceso de transformación, que les tomó desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta muy entrada la década de 1980-1990, hubo un gran desplazamiento de mano de obra. Una parte se readaptó, pero muchos, simplemente, resultaron inempleables y demoledoramente empobrecidos.

Uno de los factores que inducen al engrosamiento de la tropa de los inempleables es el bajo nivel educativo de un segmento poblacional o simplemente el agotamiento de la capacidad de adaptarse de algunos individuos. El bajo nivel educativo impide, en la mayoría de los casos, la reeducación.

En el país tenemos ambos factores, pero existe un tercero que debe ser más preocupante. Este tercer factor es el de los haitianos que inmigran con bajísimo o ningún nivel educativo y, por ende, incapacitados para acomodarse a las nuevas técnicas. La inmensa mayoría está preparada únicamente para labores elementales en las que predomina el uso de la  fuerza bruta y ninguna educación. En casi la absoluta totalidad son analfabetos en cualquier idioma, hablan únicamente uno de los tres “creol” de Haití, lo que les dificulta comunicarse aún entre ellos mismos, y cuando llegan muchos desconocen tecnologías elementales como la que sería cerrar una llave de agua. Esta es, insisto, la casi totalidad de la inmigración haitiana que está en el país.

Si no saben leer o escribir ni aún en creol o desconocen técnicas muy elementales, porque lamentablemente en su país carecen de puntos referencia, ¿cómo podrán ser reeducados o en qué podrán ser empleados?

El caso de los inempleables dominicanos es algo de lo que no se podrá librar esta sociedad, por lo menos en una y hasta en más de una generación, si es que realmente se dispone todo el país a resolverlo. Ya en el pasado se ha fracaso en cuando menos tres oportunidades para superar esta situación con reformas educativas frustradas. Si el país fracasó en educar a los hablan y más o menos escriben castellano ¿qué hará con los que duras penas comprenden el idioma nacional y están varios pasas atrás en información tecnológica elemental? ¿Qué sucederá con los haitianos?

Hoy día esta inmigración es de entre 10% y 20% de nuestra población. Nadie conoce exactamente la cifra, pero cuando menos está aceptado que son más de un millón.

Este es un elemento en el Acuerdo con Estados Unidos y Centroamérica que hasta ahora no se ha contemplado, pero que para nuestro país tendrá secuelas, porque al parecer esa inmigración será incontenible, o cuando menos ese parece ser el resultado del análisis de las muestras que tenemos hasta ahora.

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