El gobierno de Danilo Medina que constantemente se ufana del crecimiento económico del país, permanece indiferente ante el reclamo de más de mil profesionales y compañías afines a la construcción, a las cuales se les adeudan unos 3,500 millones de pesos por obras ejecutadas a distintas dependencias del Estado.
Los gobiernos peledeístas, que con tanta eficiencia han pagado y pagan a la Odebrecht miles de millones de dólares, incluso las múltiples e ilegales adendas aplicadas a decenas de obras, deben ser más consecuentes con los ingenieros dominicanos, quienes atraviesan por una difícil situación producto de estas deudas.
El sector construcción, junto al turismo y las telecomunicaciones, constituye uno de los pilares esenciales del desarrollo del país, por lo que resulta inexplicable la falta de apoyo del Gobierno a los actores de este importante sector.
Si el Estado carece de recursos, ¿por qué no les paga a los ingenieros con parte de los 92 millones de dólares que entregará la Odebrecht como compensación por haber sobornado con una suma igual a los funcionarios del Gobierno?
Considero que esa sería una solución salomónica porque, incluso, los profesionales de la ingeniería afectados por la deuda, fueron víctimas de la exclusión que provocó la firma brasileña que se impuso a base de licitaciones amañadas ejecutadas en complicidad con funcionarios y legisladores corruptos.
El presidente Danilo Medina, puede designar una comisión integrada por la Dirección de Ética Gubernamental, el CODIA y una representación de veedores de las entidades deudoras para analizar las deudas y una vez verificadas y certificadas, pagar priorizando los contratos menores, luego los medianos y finalmente los mayores. ¡Y se hará justicia!