Los inmigrantes y el control de la natalidad

Los inmigrantes y el control de la natalidad

Actualmente nos encontramos en España, país que afronta dos graves problemas, la inmigración excesiva y el paro laboral, debido a la precaria economía, que se ha ido dificultando por las elecciones.
Nunca antes la península Ibérica se había visto asediada por la crecida ola de personas provenientes de África del Norte, que golpeados por el hambre, y situaciones políticas particulares, abandonan en improvisadas y sobrecargadas pateras, las costas africanas del Mediterráneo, para tratar de lograr el sueño anhelado (guardando la distancia), lo que acontece con los nuestros cuando arriesgando todo, navegan en pos “del sueño americano”, en donde ambos piensan, que las condiciones son más propicias para iniciar un nuevo tipo de vida.
Para España y otros países europeos que atraviesan la misma situación, el peligro es más grave, ya que, la población española con una tasa de crecimiento negativa de 1.8%, la de los inmigrantes a su vez, va a un ritmo de 8.3%. debido a este crecimiento incontrolado se calcula que en toda Europa, para el año 2050, la población de inmigrantes estaría a la par con la nativa.
El Reino Unido que está saliendo del Brexit, su motivo migratorio no ocurrió por ciudadanos provenientes del Norte de África, sino por balcánicos, especialmente búlgaros y rumanos, que se han constituido en una seria amenaza, puesto que se han dedicado en España a desvalijar las casas de veraneo, ya que en invierno quedan cerradas con escasa protección.
Manteniendo la debida distancia, en nuestro país sucede lo mismo con los habitantes del vecino Haiti. Ya tenemos en nuestro territorio más de un millón de ellos, reproduciéndose como los curíes. Esta invasión pacifica la hemos denominado como “la vagina”.
Al no utilizar las haitianas ningún tipo de protección o control de natalidad, ellas, que no pagan maternidad en los hospitales dominicanos llevan un crecimiento de un infante cada diez meses, lo cual significa un haitiano cada diez meses, con una tasa de crecimiento de 8.7%, mientras que los dominicanos vamos a 2.7%.
Si no establecemos una estricta política de crecimiento como la dispuso el Consejo Estatal del Azúcar (CEA); en menos de cinco décadas, la población de haitianos residentes en nuestro país, será igual o superior a la dominicana. Cuando esto suceda, la fusión de “Una e indivisible” soñada por Toussaint L’Overture, Jean J. Dessalines y Pierre Boyer, no tendrá razón de ser, porque la misma se habría completado con la anuencia y complacencia de los dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y los haitianofilos de izquierda. Cuando esto suceda habrá que reforzar las tumbas de los Padres de la Patria, los trinitarios y GregorioLuperón , para que no salgan de las mismas, ya que lucharon en vano; pero los verdaderos dominicanos, enarbolaremos nuestra bandera y diremos como el Patricio: “…libre e independiente, o se hunde la isla”.
Los haitianos, depredadores por antonomasia, hacen en nuestro territorio lo que han hecho milenariamente en el suyo, predar y saquear nuestros bosques, cuencas y montañas, constituyéndose en enemigos de la naturaleza, talando árboles para convertirlos en esculturas o carbón vegetal.
Por tanto, seremos ricos en obras de arte y carbón y pobres en pluviometría. Ya esta desforestación se ha iniciado en el Parque Nacional Jaragua, cuyos miembros de la institución que ampara dicho Parque, el Grupo Jaragua, han denunciado públicamente, con pruebas fehacientes y sin embargo el daño continúa, porque los depredadores se han unido a políticos desaprensivos, para seguir el carnaval.
¡Que falta ha hecho el doctor Balaguer que cerró los aserraderos, o un Candelier que impuso orden y respeto en la Dirección General Forestal!

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