“¡Los Mona Lisos!”

“¡Los Mona Lisos!”

“¡Hola Píndaro! –exclama Pitico- He llegado a casa con la ilusión de ver nuestras calles y carreteras limpias de tanta basura en los postes de luz y paredes… Mi sueño estaba calando muy adentro hasta que todo se vino abajo… ¡Cuántos ‘Mona Lisos’ proclamando sus garantías a este pueblo que con un caramelo se deja coger de pendejo!… Tan pronto he llegado, corrí hacia el lavamanos para en un santiamén lavarme la cara… Quizás así lograba borrar de mi mente los disparates que, a más de un año antes, ofrecen con sus caritas maquilladas… No importa sin son hombres o mujeres… Todos han querido ser sujetos del photoshop… Sus caras están sonrientes y sus dientes brillantes… Sus ojos no te miran directo, sino al infinito muy cercano… Sus cabellos salidos de un salón de belleza…”.

“Oye Pitico –le enrostra Píndaro- ¿De cuando a dónde se te ha metido a ti llamar a esos ‘candid-atos’ los ‘Mona Lisos’?…”.

Su respuesta no se hace esperar: “Es, que siempre he admirado a Leonardo da Vinci por gran su obra artística… Un legado pictórico que pintó con gracia y maestría… Y, para que veas cómo son las cosas, en estos momentos hay un grupo de seres humanos que quisieran recibir del pueblo su aceptación y, para ello, se han puesto la mejor gala del cuello para arriba, aspirando a La Mona Lisa… Pero, más pareciéndose al ‘Mona Liso’… Mientras la casa de predilección para la exquisita obra de Leonardo da Vinci ha sido El Museo del Louvre, nuestros ‘Mona Lisos’ se cobijan en estructuras que hoy ya en el mundo empiezan a ser cuestionadas porque les permiten aprovecharse de ellas y poco aportan a los deseos y aspiraciones reales de gran parte de la población… Sólo hay que mirar a nuestro alrededor y nos da inmediata pena contemplar cómo se derrochan recursos sin control…

“Pero no sea tan duro y curvero como en los tiempos de Pedro Martínez –le enfatiza Píndaro a su amigo-…”.

“Anjá –riposta de inmediato Pitico-… Mira Píndaro, aún existan esas sólo tendencias a querer parecerse a lo inmortal en el arte, he encontrado una real y comprobada similitud de ella con nuestros ‘Mona Lisos’… Mientras la obra original de ‘La Mona Lisa’ en el Museo del Louvre no podemos tocarla… nuestros ‘Mona Lisos’ van en ‘vehículos’ con vidrios ahumados –casi hasta ennegrecidos-, a gran velocidad… y, sólo se detienen para sacar sus cabezas por los huecos de sus jeepetas para saludar con una congelada sonrisa a grupos de ciudadanos que, en muchos de los casos, apenas sí se les permite acercarse a ellos…

“Caray –comenta Píndaro-, ahora que recuerdo, el nombre oficial de esa famosa obra es ‘La Gioconda’… Dicen que su origen radica en que la modelo que posó para el Maestro Leonardo da Vinci era la esposa de Francisco Bartolomeo Giocondo… Su significado en español es ‘alegría’ o, ‘la de la sonrisa’… “.

“Ahhhh –expresa Pitico-… De ahí que nuestros ‘Mona Lisos’ estén siempre mostrando una sonrisa en sus afiches promocionales… Quizás, también han leído lo que por mucho tiempo se comenta en la enciclopedia más popular… Se dice en ella, que un grupo de gente ociosa y sin nada que hacer se ha dedicado a especular sobre esa señorita –‘La Mona Lisa’ o ‘La Gioconda’- para publicar libros llenos de mentiras y lograr ser grandemente ricos, porque la gente se cree cualquier cosa…”.

“¡Cuidado Pitico –exclama Píndaro-… Nuestros ‘Mona Lisos’ se las buscan como pueden en sus campañas promocionales porque, al fin y al cabo, sus mensajes casi siempre serán momentáneos y muy pocas veces serán tan trascendentales como ‘La Mona Lisa’ de Leonardo…”.

 

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