Los nuevos impuestos, una reforma a retazos para tapar los entuertos de la crisis

Los nuevos impuestos, una reforma a retazos para tapar los entuertos de la crisis

Si una gran lección deben sacar los dominicanos como producto de la gran crisis económica por la que atraviesa el país en la actualidad, lo es el hecho de que tanto gobiernos y sector privado deben mancomunar esfuerzos por convertir el Presupuesto y Ley de Gastos en instrumento de desarrollo efectivo del país y no en la pieza que se hace a retazos cuando las circunstancias externas e internas demanden de cambios profundos.

Tomando en cuenta las actuales características de la crisis surgida hace poco en el país, podría afirmarse que el nuevo Proyecto de Ingresos y Gastos constituye una pieza excepcional frente a los retos o desafíos que les ha impuesto a las autoridades un dolor de cabezas originado por una crisis que se originó en una parte importante de nuestro sistema financiero.

Más de RD$35 mil millones a ser recaudados por el gobierno con la puesta en marcha del nuevo paquete fiscal que acompaña el actual Proyecto de Ley de Ingresos y Gastos Públicos para el 2004 deberían aleccionar a los dominicanos sobre la necesidad de utilizar las reformas impositivas como instrumento de remedio a la brecha social entre ricos y pobres.

La creación de esta nueva carga fiscal para alcanzar la cifra de recaudación propuesta en RD$120 mil 900 millones, está muy cerca a la cifra que se corresponden con los «desafíos» presupuestarios de ingresos que para el próximo año ha preocupado a las autoridades y al propio FMI.

La historia reciente de estas reformas emprendidas por los diferentes gobiernos explican el por qué éstas se traducen en meros mecanismos de recaudación fiscal disponibles para tapar los huecos que dejan los excesos de quienes en un momento determinado detentaron el uso del dinero y se valieron de mecanismos legales para legitimar la redistribución del ingreso de manera tan desigual.

No obstante tan aleccionadora verdad, el país llega a la actual coyuntura en medio de una de las peores crisis que afecta a la economía y que ahora amenaza con ahondar la pobreza y hasta la carencia de fondos públicos para poder contrarrestarla.

La presencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de otros organismos multilaterales que hoy escudriñan el origen de la actual crisis económica constituye un indicador de hasta qué punto ha repercutido la carencia de controles sobre la banca tradicional y sectores financieros emergentes que se distribuían los recursos de millones de ahorrantes sin los debidos controles.

Tal como expresa el documento elaborado por la Oficina Nacional de Presupuesto y el Secretariado Técnico de la Presidencia, para motivar el presupuesto del próximo año, «las dificultades macroeconómicas y los consiguientes desafíos que esta impone en materia presupuestal ha sido tomados en cuenta en (su) elaboración».

[b]¿PARA EL ALTO CONSUMO?[/b]

La moderna teoría económica general plantea que en sentido absoluto todo impuesto originado a partir de las necesidades del Estado para solventar sus gastos representa una carga a ser sostenida por la mayoría de la población, especialmente por los pobres.

No obstante, en el diseño de políticas fiscales aplicadas en los países desarrollados y en vías de desarrollo como la República Dominicana se han verificado los efectos que la aplicación de nuevos impuestos directos como los que se aplican sobre el consumo, tienen sobre el universo de una población que cada vez más cuenta con mayor poder adquisitivo.

Entre otros efectos, se ha notado que en la medida en que se incrementa el consumo de renglones suntuarios, o de aquellos de uso extendido que como los derivados del tabaco y de los alcoholes, tienen una amplia demanda, que se extiende entre importantes segmentos de las clases altas y de mayor poder adquisitivo y entre los sectores de clase media y pobres de la población.

En base a estos resultados se ha determinado que en la medida en que se incrementan los niveles topes de dichos impuestos sobre los renglones afectados, en los momentos iniciales prevalece una tendencia a la disminución del consumo, aunque en forma paulatina, vuelven a retomar su dinámica de tendencia al crecimiento en la demanda en la misma medida en que los factores que intervienen en la economía favorecen las tendencias a la mejoría.

No obstante, sí se han podido medir los efectos negativos que sobre la tendencia creciente sobre la industria del ramo tienden a tener estas medidas, como un efecto colateral resultante de la disminución de la demanda por parte de los consumidores.

En el caso específico de los rubros tales como rones, cervezas, bebidas alcohólicas importadas, cigarrillos y derivados del tabaco, dichos efectos negativos resultan inmediatos y hasta influyen en el registro de la merma del consumo, aunque en forma gradual se restablece en la misma medida en que el circuito de la economía logra sobreponerse a los indicadores contractivos de la demanda.

La generalidad de políticos y economistas críticos de estos impuestos considera que se trata de instrumentos impositivos inflacionarios, aunque otros economistas y expertos fiscales estiman que por sus efectos diferenciales sobre distintos usuarios con capacidad y poder adquisitivo diversos, dichos impuestos «a los vicios», en los casos del alcohol y derivados del tabaco, así como a los artículos suntuarios, no son tan inflacionarios como los que afectan los productos de consumo masivo.

[b]LOS DATOS DE ONAPRES[/b]

De acuerdo con los datos publicados en el ampliado «Proyecto de Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos del Gobierno Central», se espera una recaudación ascendente a RD$35 mil 58 millones 652 mil 651 millones producto de la aplicación de los nuevos impuestos concebidos en la Ley de Gastos del 2004.

De este monto total, corresponden unos RD$15 mil 33 millones, 351 mil 624 a recaudaciones por concepto de impuestos selectivos a los derivados de los alcoholes, tabacos y cigarrillos.

Los derivados de los alcoholes serán gravados con RD$ mil 284.36 millones y las cervezas con RD$2 mil 737.78 millones.

Los tabacos y cigarrillos a su vez serán gravados por esta vía con RD$6 mil 764.6 millones, de acuerdo con la publicación de ONAPRES.

Los ingresos producto de aplicar el recargo del 5% a las exportaciones, a ser cobrados por el Banco Central (BC), ascenderían, según lo estimado en dicho Presupuesto a RD$ mil 750 millones en todo el 2004.

El impuesto a ser aplicado a los pasajes al exterior, cuyo monto fue aumentado desde los US$10.0 hasta los US$20.0, se calcula alcanzarán a los RD$ 12 mil 941.98 millones para el año venidero.

La aplicación del impuesto del 2% sobre las exportaciones alcanzará a los RD$ mil 306.4 millones, de acuerdo con los datos disponibles.

Entre todos los impuestos contemplados, los gravámenes por concepto del selectivo aplicado a los derivados de alcoholes y del tabaco serán los que más recaudaciones engrosarán al Estado, junto a los proventos programados de aplicar el cobro de los US$20.0 dólares a los viajeros al exterior.

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