POR FAUSTO ADAMES
Los vientos tempestuosos de los tornados, las constantes lluvias que han inundado mayormente la región del Cibao central, unido al ataque de enfermedades y plagas que se propagan con la humedad, han afectado severamente varios cultivos agrícolas, entre ellos, el plátano.
De hecho, la producción de plátano se redujo en 10.37% del período comprendido entre enero y septiembre del 2003, comparado con el mismo lapso del año pasado, al pasar de los 990,472 millares a los 887,809 millares en el período bajo estudio, de acuerdo con los datos suministrados por el departamento de Planificación Sectorial Agropecuaria de la Secretaría de Agricultura (SEA).
CAÍDA EN LA PRODUCCIÓN
Este departamento también reporta una caída de 11.5% de la musácea, al pasar de los 2,270,056 millares producidos en el período enero-septiembre del 2003, a los 2,019,184 millones cosechados en el mismo período del año pasado.
Cabe destacar, además, que este rubro, el cual había registrado una tasa de crecimiento impresionante, equivalente a 17.06% del período enero-septiembre del 2003 con relación al mismo período del 2002, para el año pasado, más bien, presentó una tasa decreciente de -22.07%, del período comprendido de enero a septiembre del 2004, con relación al mismo lapso del 2003, de acuerdo con el informe de la Economía Dominicana, elaborado por el Banco Central.
Sin embargo, para empeorar la situación, a fines de dicho mes, se presentó el huracán Jeanne, que destruyó más de 99,260 tareas sembradas de plátano, provocando pérdidas a los productores del rubro por más de RD$265.8 millones, de acuerdo con los reportes del Banco Central.
Los productores del Cibao central, indican, por su lado, que los fenómenos expuestos han diezmado la producción hasta en un 70%, como también esperan que se registre una escasez y aumento del precio del producto en los próximos meses.
Esta situación que se presenta en la producción de plátano, debe de ser tomada muy en cuenta por las autoridades agropecuarias, ya que después del arroz, este es uno de los principales renglones de producción de la República Dominicana.
También, expertos agrícolas plantean una mayor transformación de este rubro, lo que generaría mayores ingresos a los productores.
TRANSFORMACIÓN
Consecuentemente, el hecho de que el componente de transformación de la cadena alimentaria de la musácea es mínimo y muy tímido, esto trae como resultado altas pérdidas postcosecha, inestabilidad en los precios y baja rentabilidad de la industria.
Demás está decir que debido a la falta de tecnología de transformación, se ha estado desaprovechando una extraordinaria oportunidad de impulsar una agricultura rentable y competitiva, agregándole valor a las musáceas.
Luego del fenómeno, han seguido afectando la producción de esta musácea las constantes lluvias caídas en los últimos dos meses del año pasado, las cuales han seguido provocando daños en las plantaciones de plátano del Cibao central.
Además de todos estos fenómenos atmosféricos, las plantaciones del rubro también han sido atacadas por la Sigatoka Negra, una plaga que, de acuerdo con datos suministrados por Agricultura, puede reducir en más de un 30% la productividad de las plantaciones.
«Este es quizá el mayor reto que tiene esta cartera en este momento, es decir, ayudar a los productores nacionales de plátano a combatir esta plaga», fueron las palabras del secretario agrícola, ingeniero Amílcar Romero, para expresar la realidad que viven los plataneros dominicanos.
EJECUTORIAS DE LA SEA
Según Romero, la cartera activó un programa para combatir la enfermedad, manejado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), el Banco Agrícola, el Consejo Nacional de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (CONIAF) y las asociaciones de productores de plátano.
Para Romero, este es un programa integrado para combatir la Sigatoka Negra, con productos adecuados y trabajando con los diferentes renglones y zonas, como en las plantaciones de guineo orgánico y convencional en el Noroeste y en las de plátano, en el Cibao central (Espaillat, Salcedo, Duarte y La Vega).
Romero dijo que los recursos ya están disponibles y que hay una combinación desde la dirección técnica hasta un componente de capacitación, cuya capacitación de aplicadores se inició, junto con la instrucción a los productores.
El secretario de Agricultura dijo, además, que para los productores que tengan problemas para pagar las brigadas, hay un fondo de RD$10 millones en el Banco Agrícola, a fin de que puedan acceder a préstamos con 6 meses de gracias y al 1% mensual.
Según Romero, se dispondrá de todos los productos que sean necesarios, como el aceite agrícola, en especial para las plantaciones orgánicas y fungicidas sistémicos que se usan para el control de la Sigatoka Negra.
De acuerdo con sus palabras, este es uno de los principales retos que tiene la Secretaría de Agricultura, ya que el plátano es parte de la cultura dominicana.
Romero explicó que las devastaciones ocurridas en septiembre con el huracán Jeanne, el tornado que se produjo en Salcedo y las granizadas que se registraron entre Salcedo y Tenares, perjudicaron las plantaciones de plátano.
El funcionario expresó que en esas zonas, grandes plantaciones de plátano fueron rehabilitadas y fertilizadas, en un trabajo conjunto de la Secretaría de Agricultura y los productores.
Dijo que ahora hay que complementar esa labor con el control de la Sigatoka Negra, que no se había podido hacer por las lluvias que lavan las hojas y el efecto de los fungicidas no es positivo.
Indicó que ahora ya comienza a bajar la frecuencia de las lluvias y que ya se está activando el programa para controlar esa plaga.
TRANSFORMACIÓN DE MUSÁCEAS
Las «musáceas», nombre científico y colectivo a la familia formada por el plátano, el guineo y el rulo, representan en el país, el segundo renglón de producción agrícola más importante en términos de volumen de producción, área sembrada y canasta básica, después del arroz.
Este nivel de importancia es extensivo a otros países del área, particularmente los países de Centroamérica y específicamente Honduras y Costa Rica y de Sudamérica (Ecuador), en los cuales las musáceas tienen un orden de importancia fundamental.
Sin embargo, y muy paradójicamente, a pesar de ser una materia prima que se produce en abundancia en la región de Mesoamérica y el Caribe, los niveles de transformación de las musáceas es del orden de un 10%, o menor.
En este país existen tres formas populares de consumir el plátano: en tostones, hervido y en forma de puré (Mangú). Ningunas de estas formas han sido explotadas de manera industrial y su uso es eminentemente casero.
En el caso de los tostones, hay empresas que ya han comenzado su producción en masa (congelado) pero de manera tímida. El tostón se produce al freír rodajas de plátano verde que luego son prensados.
En países como Ecuador, Honduras, Costa Rica, República Dominicana y otras naciones como las islas del Caribe, particularmente el Caribe del Este, el principal uso comercial de las musáceas es la exportación de banano convencional como fruta fresca.
Este proceso no conlleva un alto contenido de transformación, más que el sistema de empaque utilizando atmósfera modificada. Otros países como México, exportan cantidades modestas de plátanos verdes, principalmente a Estados Unidos.
Consecuentemente, el hecho de que el componente de transformación de la cadena alimentaria de las musáceas es mínimo y muy tímido, esto trae como resultado altas pérdidas poscosecha, inestabilidad en los precios, y baja rentabilidad de la industria.
Demás está decir que debido a la falta de tecnología de transformación, se ha estado desaprovechando una extraordinaria oportunidad de impulsar una agricultura rentable y competitiva, agregándole valor a las musáceas.