Los propietarios de acciones en la bolsa reflejan desigualdad

Los propietarios de acciones en la  bolsa reflejan desigualdad

Desde la crisis financiera, la diferencia en la tenencia de acciones entre ricos y clase media se amplió, puesto que mientras los primeros pudieron superar el pico previo al fenómeno, los segundos no tuvieron oportunidad de disfrutar de una recuperación.
La diferencia entre los ricos y todos los demás respecto a la tenencia de acciones se amplió desde la crisis financiera, según un análisis de Gallup.
Solo entre los hogares con rentas anuales por encima de los 100.000 dólares se ha incrementado el número de propietarios de títulos cotizados en Bolsa. Si entre 2001 y 2008, el 88% de los hogares más ricos de EE.UU. tenía dinero invertido en renta variable, entre 2009 y 2017, ese porcentaje alcanza el 89%.

Entre los hogares con ingresos de menos de 30.000 dólares, si antes de la crisis solo un 27% tenía acciones, ahora ese porcentaje se ha reducido al 21%. Y entre los hogares que ingresan entre 30.000 y 74.999 dólares, el porcentaje de los que tienen dinero invertido en Bolsa ha bajado desde el 67% hasta el 54 por ciento.

En definitiva, los hogares con ingresos inferiores a los 100.000 dólares tienen menos probabilidad de tener acciones ahora que antes de la crisis.
Por edades, el estudio reveló que aunque 54% de los adultos informó que invirtió en el mercado bursátil entre 2009 y 2017, frente a 62% entre 2001 y 2008, la proporción que informa haber invertido subió un punto entre los que ganan más de cien mil dólares. Dividiendo por franjas etarias, los hogares mayores de 65 años también registraron un alza de un punto.

Esta conclusión acarrea consecuencias distributivas. El mercado superó el pico previo a la crisis, y el hecho de que los hogares más viejos y ricos inviertan más implica que su riqueza pudo aprovechar esa subida. Esto también significa que los inversores de clase media que retiraron dinero de las acciones durante el mercado bajista que coincidió con la crisis no disfrutaron de la recuperación.
“Parece que la crisis financiera y la recesión podrían haber alterado de manera fundamental la imagen que tienen algunos estadounidenses de las acciones como inversión”, escribe Jeffrey Jones, de Gallup.
También hay diferencias entre los diferentes grupos étnicos del país. Así, entre quienes más ha caído el número de personas que invierte en acciones ha sido entre los hispanos, al retroceder del 51% al 37%.

Si antes de la crisis un 66% de la población blanca tenía acciones, ahora solo un 60 por ciento.

Entre la población negra la caída ha sido inferior, de solo cuatro puntos, pero si antes de la crisis eran los que menos invertían en bolsa, ahora siguen siéndolo (en estos años, su participación en el mercado de valores ha bajado desde el 40% hasta el 36% actual).

Mala productividad. La inactividad del mercado laboral “ya no es un freno importante” para el crecimiento de los salarios, excepto en la zona euro, dicen investigadores de Goldman Sachs.

En cambio, la productividad lenta está impidiendo que el alza salarial supere la norma previa a la crisis en varias economías avanzadas. El hecho de que la relación entre salario y desempleo sigue vigente sugiere que los trabajadores en el G-10 podrían recibir aumentos, escribió el economista jefe Jan Hatzius.

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