Los riesgos políticos para el crecimiento para el próximo 2019

Los riesgos políticos para el crecimiento  para el próximo 2019

FILE - In this Oct. 12, 2018, file photo, a worker walks by a container ship docked at a port in Qingdao in east China's Shandong province. China's factory activity weakened in November, an industry group reported Friday, Nov. 30, 2018, adding to pressure on Beijing ahead of talks between Presidents Donald Trump and Xi Jinping over an escalating tariff battle. (Chinatopix via AP, File)

Los gobiernos que se comportan mal –con relaciones internacionales que se desgastan y populistas y autoritarios que desobedecen las normas– plantean algunos de los mayores riesgos para la economía mundial en 2019.
Bloomberg Economics sostiene que el año próximo probablemente no se observará el final del ciclo, “pero los riesgos están aumentando y se requieren nuevas fuentes de impulsos”.

A continuación damos un vistazo a algunos de los focos de tensión política que podrían afectar el crecimiento el próximo año.

Guerras comerciales. Si hay algo en lo que los demócratas y los republicanos están de acuerdo, es que el ascenso de China es un desafío para Estados Unidos. Los riesgos de China incluyen amenazas a la cadena de suministro de tecnología, la expansión militar de Pekín y los esfuerzos del país por socavar las sanciones a Corea del Norte, según la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad EE.UU.-China, un informe anual de un panel bipartidista del Congreso.

Al otro lado del Pacífico, Xi apostó su reputación a lograr que China se transforme en una potencia mundial. Dado que ambos países aparentemente van hacia un choque seguro, el mayor riesgo para la economía mundial sigue siendo la guerra comercial entre EE.UU. y China.

Incluso si se mantiene la tregua del G-20, la disputa podría representar las etapas iniciales de una prolongada guerra fría económica. Si el presidente Donald Trump sigue adelante con las amenazas de imposición de aranceles a todas las importaciones de China, Bloomberg Economics estima que el crecimiento del producto interno bruto de China en 2019 se verá afectado en 1,5 puntos porcentuales.
Eso reduciría el crecimiento al 5 por ciento, aunque una respuesta política importante de China suavizaría ese golpe.

Italia. El gobierno populista de Italia se encuentra envuelto en un pleito con Bruselas por una planificada ola de gastos, lo que ha desconcertado a los inversionistas y a las autoridades de la Unión Europea. El próximo año podría ser decisivo, no solo para la administración populista, sino que también para la capacidad de la UE de imponer disciplina presupuestaria a los estados miembro.

La Comisión Europea dijo en su revisión anual de los planes de gasto de las naciones de la zona del euro que el presupuesto de Italia muestra un “incumplimiento particularmente grave” de los límites de la UE.

Las tensiones entre los aliados de la coalición gobernante del Movimiento 5 Estrellas y el partido antiinmigración Liga Norte podrían hacer que la alianza se derrumbe antes o después de las elecciones para el Parlamento Europeo que se realizarán en mayo del próximo año, sumiendo a Italia en otro episodio de caos político. Incluso si el gobierno lo supera, Italia podría verse presionada en los mercados financieros.

Brexit. El quebrantado escenario político de Gran Bretaña ha oscurecido el camino de salida del país de la UE, ya que hay poco consenso sobre cómo se logrará finalmente. En medio de una situación inestable, el riesgo de un cambio de primer ministro, o de gobierno, sigue siendo alto. Un brexit sin acuerdo podría significar que el PIB británico sea un 7% más bajo para 2030 en comparación con el resto de la UE, según Bloomberg Economics. Un brexit en el que el Reino Unido siga formando parte de una unión aduanera con la UE aún implicaría un golpe para la economía. En ese escenario, es probable que el PIB fuera un 3% menor en 2030.
Cámara de Representantes. En EE.UU., la toma de poder por parte de los demócratas de la Cámara de Representantes podría paralizar la agenda del presidente Trump, abriendo el camino para investigaciones sin restricciones sobre su administración, su campaña presidencial y el imperio empresarial de su familia. Eso significaría dos años de estancamiento político, así es que es mejor olvidarse de recortes adicionales de impuestos y el aumento del gasto en infraestructura. Una Cámara controlada por los demócratas podría incluso impulsar una iniciativa para destituir a Trump, aunque, de llegar tan lejos, la decisión final dependería del Senado, dominado por los republicanos.

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