Luces de circo ensombreciendo panes

Luces de circo ensombreciendo panes

Parodiando la expresión “no todo lo que brilla es oro”, en términos políticos y socioeconómicos no todas las luces iluminan. Miles de personas, incluyendo niños, visitan una plaza abarrocada de bombillitos donde se exhibe un nacimiento protegido por la guardia romana, distorsionando escrituras y tradiciones que narran el nacimiento de Jesús en pesebre abandonado porque nadie quiso brindarle posada; guardia que posteriormente intentó sacrificarlo en la matanza de los inocentes. También un “Santacló” parece anunciar productos que nuestras leyes advierten no consumir por resultar perjudiciales para la salud.

Cualquiera pudiera interpretar que “Santacló” ignora nuestras leyes, induce a la desobediencia de ellas o que ellas no se hicieron para cumplirlas, abonando predisposiciones preexistentes o que la promoción de legislaciones sanas constituyen dobleces e hipocresías; todo derivable en desobediencias de leyes de tránsito, irrespeto de nuestros valores idiosincráticos y símbolos patrios, disposiciones sobre manejo de recursos públicos y comportamiento de autoridades llamadas a servir en lugar de servirse.

Esas luces van ensombreciendo, en lugar de iluminar, actitudes y comportamientos ciudadanos; agregan confusiones a presentes y futuras generaciones que repercuten negativamente en conductas favorables al bien gobernar.

Al promoverse por autoridades va proyectando falsedades que no fomentan credibilidad en ellas y en nuestras reglas; imprescindibles para la armonía y eficiencia de toda sociedad que aspira civilizarse progresivamente.

Contribuyen a actitudes y lecturas negativas sobre prioridades de acción: muchos cuestionamos que las autoridades se hayan preocupado tanto por esas luces descuidando el recolectar y disponer basura causante de tantas enfermedades que nuestros médicos han dado voz de alarma.

La falsedad de autoridades no favorece conciencia objetiva sobre situaciones socioeconómicas, lo cual constituye prerrequisito indispensable para la corrección de males que nos afectan.

Predominan dudas sobre si las informaciones sobre morbilidad y mortalidad son verídicas. Si los déficits se han reducido como pregonan las autoridades ante cargas fijas que siguen consumiendo las recaudaciones. Si el crecimiento burocrático de 1.6% se justifica en medio de anuncios de austeridad, sobre todo en el incremento de gastos en Cancillería de 11.4% explicada en “la ampliación y modernización de los servicios consulares”.

La falsedad lleva al escepticismo para aceptar un crecimiento económico del 3%, no compatible con un servicio eléctrico cuyos indicadores de producción, consumo y pérdidas se han deteriorado quien sabe en qué medida por efecto de estas luces.

Y por basarse en modelos que han restado dinamismo agropecuario e industrial durante los últimos años, no obstante resultar imprescindibles para producir pan y generar empleos para satisfacer necesidades.

Esas luces terminarán siendo un circo ensombrecido por obstaculizar canalización de energías hacia obtención de panes para satisfacer necesidades perentorias.

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