Primitivo Cadete 
BAYAGUANA.
El sueño de cualquier atleta, dominicano o cualquier otra nacionalidad, es participar en los Juegos Olímpicos.
En el caso de Luis Pie, las aspiraciones llegan más lejos. “Mi meta nunca ha sido asistir a los Juegos Olímpicos para participar, sino para ganar”, dice el espigado atleta de 22 años de edad.
Pie ya adquirió su boleto para Río 2016. Lo obtuvo en el marco del campeonato clasificatorio continental de Taekwondo, celebrado en Aguascalientes, México, donde otros dos de sus compañeros también aseguraron sus pases para el más importante evento del olimpismo mundial; Moisés Hernández, de San Juan de la Maguana, y Katherine Rodríguez, de Santiago.
“El escenario ya lo conozco, estuve allí en una competencia”, expone Pie, en referencia al lugar donde se celebrará el torneo de taekwondo de los próximos Juegos Olímpicos.
Asegura que se está preparado para dejar sus huellas en Río y hacer sonar el Himno de la República Dominicana.
“Si no alcanzo el oro, que es mi verdadera meta, regresaré a mi país con la de plata o la de bronce, pero estoy enfocado en no regresar en blanco”, añade el nativo de Bayaguana, provincia de Monte Plata, quien poco a poco se ha convertido en una de las principales figuras del deporte de República Dominicana.
De hecho, Pie logró su clasificación para Río al obtener la medalla de oro de la categoría de menos de 58 kilos. Además, fue medallista de plata en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, donde estuvo muy cerca del oro y resultó campeón en los Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014. Es el mayor de una familia de taekwondoistas. Su hermano, Bernardo Pie, de 21 años, es selección nacional y otros dos: Chistopher, de 15 y Jaime, de 13 también practican este deporte en su natal Bayaguana. Combina la carrera de atleta con sus estudios universitarios, en procura de agenciarse la licenciatura en Educación Física.
Sus inicios en el deporte fueron en atletismo, pero luego se cambió para el taekwondo, influenciado por la gran cantidad de “muchachos” de su generación y vecindad que practicaban este deporte.
“No me arrepiento del cambio”, sostiene Pie, a quien, además de sus cualidades deportivas extraordinarias, le adornan valores como la humildad y sencillez.
