El sacerdote Luis Rosario, coordinador de la Pastoral Juvenil, dijo ayer que el gran problema de la juventud es la desorientación y advirtió que es necesario educar en valores e ideales, para hacerlos comprender lo que es bueno y lo que es malo.
“Porque hay autoridades que piensan que hay que llevar condones a las escuelas y otras están de acuerdo con matrimonios de homosexuales”, dijo al considerar que la niñez y juventud a nivel mundial “está viviendo un drama trágico, caótico, dramático”.
Explicó la importancia de que los educadores y los padres ayuden a los jóvenes a discernir lo que sí vale la pena y lo que no, porque “el trigo y la cizaña crecen juntos, como dijo Jesús”. Habló en rueda de prensa para anunciar las actividades del 31, Día Nacional de la Juventud.