“Madre: la palabra más bella en labios de la humanidad”

Kahlil Gibran

La vibración energética del mes de mayo es florecimiento.Mayo es el apogeo de la primavera, por lo que se le conoce también como “mes de las flores”. El mes de mayo activa las energías femeninas, especialmente la energía de la madre. A través de la madre tienes la oportunidad de re-unirte, volver a estar entero, ser sanado y poderosamente preparado para vivir desde el amor.

El cantante y activista social estadounidense Stevie Wonder dijo: “Su amor es dulce como una flor, mi madre es esa dulce flor de amor”. El mes de mayo honra a la madre María, el arquetipo de madre de la tradición cristiana. El amor empieza en la madre. Para un hombre o para una mujer, la primera relación se establece con la mujer que alberga su vida para que se desarrolle.

Mayo extiende una invitación a dar un salto cuántico de confianza que te lleve del miedo al amor. Es decir, te exhorta a pasar de lo conocido a lo desconocido. Marca un tiempo idóneo para conectar con el corazón. El asunto con esto es que mucha gente quiere ir “a lo seguro”, y el amor es un secreto que sólo experimentan los valientes que avanzan en la incertidumbre.

Sólo encuentras certezas y seguridades en las máquinas.Nunca se tienen garantías en el amor, ya que el amor tiene por referencia el misterio de la vida y el propósito que está guarda con celo. Si se pudiera predecir el amor, como mucha gente desea, éste podría ser fabricado. La vida es insegura, y como el amor sostiene a la vida, sólo florece en el peligro.

La vida jamás se desarrolla en la seguridad, tampoco el amor lo hace. Lo más hermoso del amor es que nunca sabrás con certeza lo que pasará. Evolucionas en el amor a partir de la confianza, igual que el bebé se desarrolla en el vientre de la madre, sin saber cuál será el desenlace del vínculo que sostiene con ella.

Si la madre es la primera relación, también con ella tienes la primera referencia de separación. Todas las barreras al amor, son en realidad oposición a la madre. Los muros que has alzado para separarte del amor, son el resultado de los esfuerzos que haces por proteger las heridas de la desunión que tienes de tu madre.

Un Curso de milagros dice que las personas deciden ver lo que desean antes de verlo. Tus defensas reflejan las heridas que has sufrido, que nadie excepto tú mismo puede sanar. Los demás pueden darte amor, inocente y sinceramente, pero si ya estás convencido de que no se puede confiar en la gente, si esa es la decisión que ya has tomado, entonces tu mente interpretará el comportamiento de cualquier persona, especialmente la pareja, como una prueba de que la conclusión a que has llegado es correcta.

Donde está la herida, está la sanación. Ver lo que ocurre cuando te relacionas íntimamente con alguien es sumamente valioso. La pareja es la mejor relación para ver los conflictos. El sentido de la pareja es que puedas crecer, y a través de ella ves lo que te impide avanzar.

I Juan 4:18 dice: “El amor perfecto expulsa al miedo”. No puedes despertar de un sueño si no te das cuenta de que eres el soñador. Cuando una situación toca nuevamente la aflicción de la separación, es con la finalidad de que puedas tener un chance para sanar. A lo largo de mi vida, he vivido esta situación muchas veces. En esos casos suelo decir: «Amado Dios, estoy dispuesta a ver esto de otra manera. Estoy dispuesta a recordar quién soy».

UCDM dice: “Nunca perderás el rumbo, pues Dios es quien te guía.” Cuando te entregas a tu madre, en realidad te entregas a Dios y al plan que Él tiene contigo. Te entregas a algo mayor que tú, a un universo que sabe lo que está haciendo. Aprendes a confiar en el misterio que creó tu vida, y en la portadora de ese mistrio: tu madre. Quien ha podido tomar a la madre, vivirá la plenitud de su amor en una sana relación de pareja, que te recordará la alegría de sintonizar con el amor primario.