Maestros de discapacitados sin incentivo por desempeño aún

Maestros de discapacitados sin incentivo por desempeño aún

Veinte maestros del patronato y la escuela para estudiantes con discapacidad visual denunciaron que aún no han cobrado sus incentivos por desempeño a pesar que desde hace un año fueron evaluados.
De este grupo hay docentes que se trasladan a diferentes puntos del país para acompañamiento de otros maestros y estudiantes con discapacidad visual, quienes enfatizan que no piden dádivas, sino reconocimiento de sus derechos.
La denuncia la hicieron Elsa Brito, Yovanny Pérez, Ana Josefa Delgado Marte, Lourdes Bencosme Candelier, Cándida Ortiz y Paula Rodríguez. Algunas de ellas llevan más de 20 años trabajando con la educación inclusiva.
Del grupo seis son del Centro Nacional de Recursos Educativos para la Discapacidad Visual “Olga Estrella” y 14 del Patronato Nacional de Ciegos.
Ortiz explicó que a ellos los evaluaron en tres ocasiones con los mismos instrumentos que a los maestros del sistema convencional, sin que hasta el momento les hayan dado razones del retraso en el pago de los incentivos y del retroactivo.
Indicó que han acudido al Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (Ideice) y que les dijeron que tramitaron todo al Ministerio de Educación, que debió ejecutar el pago.
Ortiz es maestra itinerante y tiene estudiantes en diversos puntos del Gran Santo Domingo y las provincias a donde tiene que acudir para acompañamiento en las aulas.
Mientras Brito manifestó el temor de que puedan quedar fuera del beneficio del incentivo de evaluación. “Ellos dijeron que van a a cerrar el proceso y nosotros seguimos en el aire”, dijo.
En el caso de Bencosme y Delgado ambas tienen discapacidad visual y llevan 26 y 28 años como educadoras.
Delgado explicó que trabaja en la corrección y adecuación de libros, trabajo con alto grado de dificultad porque cada texto en el sistema Braille tiene un volumen tres veces mayor que los usados por personas videntes.
Bencosme trabaja en el centro y con talleres en diferentes escuelas para acompañar a los estudiantes incluidos en las aulas normales y que ascienden a 500.

“El trabajo no importa porque lo hacemos con amor y a gusto a la población que lo necesita, pero a veces uno se siente impotente y con tristeza”, expresó Delgado.

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