Malasia, hoy con 30 millones de población, estuvo dominada por Gran Bretaña desde el siglo XVIII, hasta independizarse en agosto de 1957 bajo la denominación “Federación Malaya” adoptándose el nombre oficial vigente “Malasia”, como estado, en septiembre 1963. Siempre gobernó el partido “Organización Nacional de los Malayos Unidos” (UMNO) que en 1973 se fusionó en el “Barisan Nasional” (Frente Nacional) o BN. Influida por tradiciones británicas, Malasia es una monarquía parlamentaria electiva con el “Yang di-Pertuan Agong” comorey, que encabeza una monarquía con mandato rotativo cada 5 años. Su posición es ceremonial. Reina, pero no gobierna. El poder gubernamental lo concentra el primer ministro.
Los primeros gobernantes fueron Tumker Abdul Rahman, padre de Malasia, Abdul Razak Hussein, forjador de la coalición Barisan Nasional, Hussein Onn, padre de la Unidad, y el cuarto fue Mahathir Bin Mohamad, el gobernante de mayor duración, siendo primer ministro durante 22 años claves, desde 1981 hasta 2003. Los símbolos icónicos de Malasia, las Torres Gemelas Petronas de Kuala Lumpur, las más altas del mundo y la nueva capital administrativa y judicial, Putrajaya fueron iniciadas y construidas por Mahathir, que también catapultó el desarrollo industrial. Siendo médico, ingresó a la política como miembro de UMNO. Siempre combativo, expresó abiertamente puntos de vista propios, muchas veces controversiales. Expulsado de UMNO escribió en 1969 el libro que lo consolidó como líder: “El Dilema Malayo” convirtiéndose en primer ministro 12 años después.
Najib Razak, de la élite malaya, nació en 1953 como primer hijo de Abdul Razak Hussein, segundo primer ministro de Malasia. Su tío Hussein Onn fue tercer primer ministro, y precisamente apoyó a Mahathir para ser primer ministro. Mahathir pagó ese favor más tarde en 2009, imponiendo a su vez a Najib como primer ministro. Najib, formado en una prestigiosa escuela privada británica, estudió Economía en Notthingham University. Al morir su padre en 1975 lo heredó políticamente convirtiéndose en el más joven miembro del parlamento federal y jefe de ministros. Fue ministro de educación y de defensa, modernizando el ejército y, en 2004, viceprimer ministro.
En 2009 fue electo primer ministro apoyado por Mahathir. Prometió duplicar el ingreso per cápita en el 2020. Planteó reducir subsidios y diversificar la economía superando la simple explotación de los múltiples recursos naturales del país. Desarrollaría nuevas tecnologías de la información y la energía verde. Propuso derogar leyes represivas que permitían apresamientos sin juicios y fortalecer la democracia en todo sentido. Su bagaje educativo le permitió codearse con líderes mundiales.
Su desgracia comenzó al descubrirse la incalificable estafa del “1MDB”. Ante evidencias incontrovertibles el poderoso ex primer ministro Mahathir exigió profundizar investigaciones de ese fondo y que su partido, UMNO, expulsara a su presidente, Najib, pero UMNO continuó apoyándolo. En esa tesitura, lo que partidariamente era considerado imposible se convirtió, política y patrióticamente, en inevitable. Mahathir, sintiéndose responsable de haber convertido a Najib en primer ministro, renunció del continuista UMNO y de la hegemónica coalición Barisan Nacional. Sabiendo que su prestigio no sería suficiente para derrotar a Najib y triunfar electoralmente frente al UMNO, conformó una inaudita coalición, haciendo las paces con su anterior viceprimer ministro, Anwar Ibrahim, que estaba preso porque el propio Mahathir, autoritario, lo destituyó y encarceló, acusándolo de sodomía, gravísimo pecado en una sociedad musulmana. Así formó la coalición Paketan Harapan “Pacto de la Esperanza”, que derrotó al continuismo de 61 años del UMNO y a Najib, para juzgarlo por corrupto.
Mahathir, con 22 años de fecundo gobierno previo, como 4to. primer ministro y padre de la Malasia moderna, ahora también es adalid de la libertad. Con 93 años es el gobernante más longevo, superando hasta a Isabel II. Gobernará dos años y pasará el poder a su anterior rival y reconciliado aliado, Ibrahim, para que dirija el país los restantes dos años y cuya esposa, Wan Azizah es ahora viceprimera ministra. Mahathir, convertido en candidato independiente sepultó el continuismo de 61 años de su anterior partido, UMNO, y derrotó, encarceló y ahora juzga a Najib, pudiendo decir como Bruto: “No es porque no quiera al UMNO y a Najib, sino porque amo a Malasia mucho más”. Acá los ciudadanos debemos combatir para restaurar la democracia confiando en nuestras propias fuerzas sin confundirnos, haciendo abstracción de la lucha fratricida que dentro del PLD confronta a facciones reeleccionistas y continuistas.