Este hombre, de 74 años, es de hablar pausado, pero cuando abre la boca solo suelta verdades.

Oriundo de  Japón, Mamoru Matsunaga será elevado mañana al Pabellón de la Fama en la modalidad de Propulsor del Judo. “El judo no es un deporte, es educación”, dice con orgullo.

Sostiene que su familia está contenta con este galardón. Sin embargo, lo han tomado con frialdad, al estilo asiático.

Dice que no le gustan las polémicas, pero que el deporte dominicano ha retrocedido un poco, ya que la presencia de recursos humanos desde l983 hasta época ha afectado al deporte, en una gran parte.

“No quiero hablar de eso, pero es una verdad, antes todo era puro, ahora hay muchos negociantes en el deporte”, afirma Mamoru al hablar con HOY.

Mamoru Matsunaga, una leyenda de las artes marciales que vino al mundo en Kagoshima, Japón, hace justamente hoy 73 años y nueve días de su elección. El nuevo inmortal supo de su llegada al Salón de la Fama el día de su fecha natalicia (30 de septiembre), a través de su entrañable amigo Thimo Pimentel.

Matsunaga llega a la sagrada inmortalidad del deporte dominicano, que lo instalará en el 43 Ceremonial mañana en la UASD.

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Mamoru, genial

Mamoru Matsunaga es considerado el padre del juego del judo en Dominicana , deporte que introdujo al país con su llegada al país en 1957 cuando apenas había rebasado la adolescencia. Tan pronto arribó el hoy inmortal comenzó a impartir la práctica del judo del Kodokan en Gimnasio Camila de la capital. Impartía clases en un pequeño dojo de la casa de Manuel Yabra hijo, con la ayuda de Tatsuro y Sumijiro Kawabata.  La permanencia de Matsunaga y el judo en el país se vieron amenazados en el 1960 cuando la Embajada de Japón dispuso la partida de éste, quien para entonces ya tenía su escuela  aquí.