Actualmente, en todas las condiciones de dolor de tipo músculo esquelético el abordaje es integral, y se basa en primer orden en tratar de educar al paciente sobre la condición y factores de riesgo, control de peso, eliminar hábitos tóxicos como el tabaco y regular las horas y calidad del sueño.

Carga de trabajo. Además, en el caso de deportistas, se identifican los factores asociados a la carga de trabajo, como horas de entrenamiento, repeticiones, progresión abrupta de la carga y gesto técnico.
Finalmente se identifican los factores intrínsecos asociados como debilidad de la musculatura mencionada previamente, falta de flexibilidad y requerimiento de uso de rodilleras o vendaje neuromuscular, así como plantillas de ser necesario. Una vez completada esta evaluación por el fisiatra o médico rehabilitador, este se apoya en su equipo multidisciplinario -y fundamentalmente en su equipo de terapeutas físicos o fisioterapeutas- para llevar a cabo el plan de ejercicio terapéutico diseñado para el paciente.
Este programa de ejercicios debería extenderse por no menos de tres meses, tomando en cuenta el periodo que le toma al músculo hacer cambios de acuerdo al estímulo.
La ventaja de corregir estos factores de riesgo antes de considerar intervenciones, radica en que gran parte de los pacientes mejoran síntomas y función, por lo que no las requerirían.
En su defecto, si se requieren, aseguran un programa de pre-habilitación o rehabilitación preoperatoria, lo que garantizaría resultados óptimos luego de la intervención a la que el paciente se tenga que someter.