La Marcha del Millón como manifestación cívica y pacífica de un pueblo que se siente agobiado por el secuestro político de las instituciones públicas y la agenda nacional, representa una válvula de escape y una advertencia a la clase política gobernante de que la situación tiene que cambiar.
No obstante las opiniones de quienes consideran que el Movimiento Verde debe convertirse en partido o que de él debe surgir un candidato presidencial, como sugiere Fray Santiago Bautista, pienso que debe mantener su carácter independiente y apartidista.
Incluso, el anunciado apoyo a la marcha del pre candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader, debe ser condicionado a que los miembros de esa agrupación que participen deben hacerlo con vestimentas y banderas verdes.
Igual los integrantes de otros partidos y movimientos políticos quienes, si bien tienen derecho a participar, deben hacerlo en coordinación con los organizadores de la actividad para evitar consignas extrañas al movimiento y actos oportunistas.
El cuerpo de orden debe estar muy atento a los carteristas que hacen acto de presencia en las actividades multitudinarias, y a quienes queriendo pescar en rio revuelto, pudieran propiciar alguna provocación contra las fuerzas policiales presentes.
Hasta ahora, y esperamos que siga así, salvo uno que otro pequeño inconveniente, las marchas anteriores se han caracterizado por el orden y respeto, lo que motiva a participar a familias enteras incluyendo ancianos y niños.
Sin importar banderías políticas, sentimientos religiosos, posición económica o social, todo dominicano que aspire a vivir en un país donde no impere la delincuencia ni el saqueo de los fondos públicos y la impunidad judicial, debe decir presente en la Marcha del Millón.