TAHIRA VARGAS
La violencia es una manifestación presente en las escuelas rurales y urbanas de nuestro país. Es un tema que emerge de distintos estudios  con las referencias de niños y niñas en grupos focales a castigos físicos propiciados por maestros y maestras para corregir a los niños y niñas que se “portan mal”. Así como también observaciones realizadas en las aulas y en las escuelas en general.

En  escuelas estudiadas encontramos dos  tipos de relaciones en las que se manifiestan distintos tipos de manifestaciones de violencia. Violencia en las relaciones maestro-estudiante y violencia en las relaciones estudiante-estudiante.    

Violencia en las relaciones maestro-estudiante.

Encontramos que las relaciones maestro-estudiante están permeadas en varias escuelas por relaciones violentas. Donde el maestro usa el castigo y los golpes con reglas o pescozones para sancionar a los estudiantes cuando éstos generan rupturas en los parámetros que tienen los profesores de disciplina interna. 

Legitimación  de la violencia por niños y niñas.

Los niños y las niñas legitiman la violencia porque consideran que los niños que se portan mal merecen que el maestro lo castigue o lo maltrate.

“A los que se portan mal le dan golpes , ellos buscan que le den golpes. Porque vamos a suponer, si la profesora dice niño deja eso que yo estoy hablando y le dice que deje eso y no quiere oír y sigue con el  juego la profesora a veces tiene que darle aunque ella no quiera” (citas extraídas de grupos focales con niños y niñas).

La legitimación de la violencia por niños y niñas genera en ellos una tolerancia a la violencia y un aceptar y asumir que los golpes y el maltrato son “necesarios” porque corrigen las conductas desviadas.

La reproducción de esta relación violenta maestro-alumno genera una permisividad  hacia la violencia que entra en la “normalidad” porque es necesaria.

Los niños y niñas reproducen la violencia en sus relaciones entre ellos y son constantes y permanentes las peleas entre ellos en el aula, en el recreo, al momento de entrada y al momento de salida.

Elementos generales de la violencia en las aulas.

“ Hay muchos casos de agresión legitimada normativamente, …el castigo físico por los padres, …legitimado porque es presumiblemente necesario para el bienestar del niño y para la sociedad global, ya que los padres/madres necesitan controlar y formar a los niños”. (Murray 1996)

La cita hace referencia al castigo físico de los padres, las llamadas pelas, pero nos parece que están muy relacionadas con el contenido de castigo físico presente en los que aplica el maestro a sus alumnos.

La presencia de la violencia en las escuelas estudiadas nos parece que es un asunto de alta gravedad. Nuestra escuela se supone que debe  estar aplicando un currículo basado en el estudiante como protagonista y como sujeto que es el eje central de la reforma curricular. Este supuesto entra en total contradicción con el maltrato y la violencia física a niños y niñas, porque en vez de ser protagonistas están siendo víctimas de la agresión y de una práctica vertical y autoritaria.  La violencia en las relaciones maestro-alumno generan un círculo de legitimación de la violencia en general teniendo como consecuencias:

– Legitimación de la violencia como forma de resolución de conflictos en niños y niñas.

– Legitimación de la violencia como mecanismo de sanción y corrección y a la vez aprendizaje de modelos de conductas.

– Reproducción de la violencia entre niños y niñas en sus relaciones

-Legitimación de la violencia por padres y madres que incentivan que maestros y maestras le peguen a sus hijos como forma de corrección ya que también ellos le pegan.

-Establecimiento del miedo al maestro (representación de autoridad) como mecanismo de relaciones de poder entre maestros y estudiantes.

Consideramos que la escuela dominicana necesita de un estudio serio y profundo sobre este fenómeno.

No podemos seguir invirtiendo en una escuela que reproduce relaciones de violencia y maltrato hacia niños y niñas. La violencia necesita una inmediata intervención por parte del sistema educativo en las escuelas. La mejor forma de intervenir en la erradicación de la violencia es tratando de conocer sus raíces y sus redes de reproducción sistémica.