De ser uno de los atletas más brillantes de la República Dominicana en la década de 1980, Manuel de Jesús Herrera trabaja en la actualidad en un hotel de Miami, Florida, Estados Unidos, como “lavador de platos” para obtener los “recursos” que le permitan sobrevivir, “en condiciones precarias”
Apodado “El Olímpico”, Herrera fue figura estelar de la selección nacional de boxeo, con la que representó al país en dos ediciones de los Juegos Olímpicos, incluido Los Angeles 84, donde la República Dominicana se alzó con su primera medalla olímpica, el bronce obtenido por Pedro Julio Nolasco.
También representó al país en Seul 88, para convertirse en el primer atleta dominicano en competir en dos ediciones de los Juegos Olímpicos.
“En ocasiones me siento abandonado por mi país”, reveló Herrera durante una conversación por la vía telefónica con este redactor.
Desde que empezó a incursionar en el boxeo, a la edad de 13 años, dejó ver su extraordinario talento y un año después de convertirse en campeón nacional infantil, fue llamado al seleccionado de la categoría inmediatamente superior (juvenil), con la que representó al país en el Campeonato Mundial Santo Domingo 83, donde se adjudicó la medalla de oro.
Con su actuación, “El Olímpico” se convirtió en el primer atleta dominicano en ganar oro en un evento mundial. Ganó, además, la única medalla de oro del boxeo dominicano en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Santiago 86, derrotando en la final al peligroso boxeador cubano Rogelio Marrero. Fue el capitán de la selección dominicana durante la mayor parte del tiempo en que formó parte de ella y ejercía un gran dominio sobre los boxeadores cubanos.
Casi siempre que salía a representar al país, Herrera regresaba con medallas, en la mayoría de ocasiones, con las de oro.
Se traslada a Miami. Herrera confiesa que ante la falta de oportunidades en su país, decide dar el salto al profesionalismo y radicarse en Miami.
“En la actualidad, apenas sobrevivo”, dice Herrera, quien expone que tiene 16 años trabajando como lavador de platos en un hotel de Miami.
“El dinero no me alcanza y en ocasiones también debo trabajar en construcción para compensar”, añade.
Sostiene que representó a su país con mucha dignidad y decoro y que siente que la nación lo ha abandonado.
“Vivo en condiciones precarias, muy precarias”, agrega.
Además de su talento, Herrera ha sido uno de los boxeadores más disciplinados que ha pasado por la Selección Nacional.