Mar adentro

Mar adentro

Me han contado que el inolvidable profesor de psiquiatría ya ido Dr. Antonio Zaglul solía repetir que “de músico, poeta y loco, todos tenemos un poco”. Si este viviera le pediría alargar la expresión agregando: ¡que bueno que sea así! ¡Y cuán dichosa es la especie humana al estar dotada de innatas propiedades como lo es el multiuso! Gracias a ello, puedo emprender la entretenida y edificante tarea de recrear, por medio de la lectura, las leyendas y cuentos de un hombre adornado con varias pes entre las que cito las de pedagogo, político, padre y poeta.

Se trata del profesor Higinio Báez quien esta vez me sorprende con su libro MAR ADENTRO. Luego de algo más de ciento cincuenta páginas absorbidas quedamos hambriento pidiendo más.

Cada relato sumerge al lector en el ambiente campesino con un peculiar ingrediente bastante llamativo. Me refiero al estilo de prosa poética que utiliza nuestro escritor para embellecer sus historias, de modo tal que a veces uno no sabe si es un poema o narrativa lo que está leyendo. El primer cuento lleva como título Efigenia. Es corto, atrapa con fuerza a quien osa poner sus ojos sobre el primer párrafo; prisionero de la secuencia, notamos que hubiera sido conveniente hacernos un chequeo cardiológico previo ya que el final es sorprendentemente arrítmico.

Otro relato designado “Todo lo hace el momento” nos recuerda el poema “El duelo del mayoral” que recitada El Indio Duarte por la década de los sesenta del pasado siglo XX. El cuento titulado “La pesadilla” pudiera ser el guión para otro capítulo de la serie de Alfred Hitchkock.

Las metáforas son bellísimas; veamos esta muestra: “El dolor ha doblado las varillas, y la casa inhabitable, se derrumba desde aquella mañana en que Susana partió hacia un laberinto sin brújula y sin mapa”. Y como lo real verdadero siempre sale a relucir, la vena del artista de la estrofa se desnuda cuando escribe: “El río es, siempre es/ En su temblor transcurre/ Puede ser el remanso/ la onda de la ensenada / Un inmóvil espejo en el asombro/ durmiendo como un niño/ en charco de calma”.

Lo sublime y sensual tratado con altura, lo psicológico, lo trágico, lo social, lo cultural y lo político interactúan y se entremezclan para generar una lectura liviana, profunda, intrigante, curiosa, misteriosa, policiaca, de suspenso, moralista, pero más que otra cosa, muy humana. Saboreemos esta expresión lapidaria del volumen: “La ingratitud no es un desgano de la memoria ni un olvido inocente. Es una infidelidad”. Los últimos tiempos de la dictadura trujillista quedan excelentemente retratados en el contenido de la obra y la muestra mas elocuente de ello es la leyenda final que da título al tomo.

Al contar su historia, nos comenta el personaje central de Mar Adentro: “Quiero narrarla porque aunque no fuera chispa ardiente capaz de conmover a quien la oyera, debe valer por mucho si se compara con la mojada ceniza del olvido a que estaría condenada si la dejara abandonada en algún descuidado rincón de la mudez”. Gracias hermano Higinio por tan preciado aporte intelectual; sé lo consciente que estás de que los pueblos que no conocen, ni entienden su trágico pasado están condenados a repetirlo.

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