Marcharse antes de estar pasado de moda

Marcharse antes de estar pasado de moda

Madrid. Como hizo Dona Karan este año, o hace una década el mítico Yves Saint Laurent, Ralph Lauren da un paso atrás y deja el timón de la empresa que fundó, un movimiento que parece ilógico en el ególatra ecosistema de la moda, pero que refleja la dinámica de un sector entregado al cambio como ningún otro.

Con esta marcha, la pasarela de Nueva York, de ADN pragmático y alma empresarial, ha perdido en los últimos doce meses a tres de sus más insignes representantes. Junto con Lauren, Dona Karan dijo adiós en julio, y hace un año, Oscar de la Renta dejó organizada su sucesión unas semanas antes de morir.   Lejos del drama, este tipo de cambios se consideran parte del ciclo vital de la moda, el manido “renovarse o morir”, que dice el refrán.   El propio Lauren, de 75 años -seguirá ejerciendo como director creativo-, dijo en una entrevista con el Wall Street Journal que la compañía “debe cambiar».

El elegido es, como no, mucho más joven, Stefan Larsson, presidente de Old Navy (41 años), artífice de que esta marca -la cadena de bajo precio de Gap- haya subido sus ventas como la espuma.   Además de seguir reinventando el estilo folk estadounidense, el imperio del legendario diseñador necesita con urgencia una fórmula mágica que le ayude a paliar la caída en picado de su cotización en bolsa, un 44 % el último año.   Este pragmatismo, tan estadounidense, escasea al otro lado de la del océano.

París, la capital de la moda, ha visto como sus más insignes diseñadores se despidieron con el cambio de siglo, pero trataron de aferrarse a la pasarela con uñas y dientes en un proceso más parecido a una tragedia griega, que a las comedias románticas americanas de final feliz de Lauren o Karan.   Entre los más sonados, la marcha de Yves Saint

Laurent, que aceptó la compra en 1999 por parte del Grupo Gucci y se retiró definitivamente en 2002, pero hizo la vida imposible a su sucesor, Tom Ford, al que escribía cartas lapidarías con lindezas del tipo “en 13 minutos de desfile has destrozado sobre la pasarela 40 años de carrera».   No se acordaba de su juventud, cuando era un joven tímido y atormentando, desbordante de talento, que sucedió a Christian Dior al frente de su firma y fue despedido por osar sustituir la delicada belleza del fundador por prendas inspiradas en la “Generación Beat».

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