» Miente, miente,miente que algo quedará, mientras más grande sea una mentira
más gente la creerá »
Paul Paul Goebbels…
No resulta curioso que todavía estemos «desmontando» el cine nazi y sus vericuetos
interiores y que al mismo tiempo los Estados Unidos comiencen a mirar hacia un pasado que recuerda la mentalidad Republicana del presidente Herbert Clark Hoover (1929-1933 ) ?…
No se me ocurre comenzar esta crónica sobre este libro maravilloso de Marco Da Costa titulado : «El Cine del III Reich. Desmontando el Cine Nazi en 50 Películas», de otro modo, porque el libro remite, sin quererlo y sin que ese sea su propósito o su meta, a la contemporaneidad más actualizada…
LAS PESADILLAS DE WEIMAR O EL FUTURO PARDO…
Desde 1945 hasta la fecha, siempre se ha escrito sobre el poder de comunicación del cine alemán de la República de Weimar (período comprendido entre 1918 y 1933) avalada por una Constitución aprobada en aquella ciudad, se habla incluso de la importancia que tuvo aquel tiempo político que aún pese a su inestabilidad o fragilidad institucional, nace allí lo mejor del Expresionismo Alemán, corriente fílmica que marcaría hasta nuestros días no solo el cine de aquel país europeo sino que se extendería al cine de otros países.
Vasto y abarcador en sus ramas estéticas, huelga decir que el Expresionismo como expresión artística se extendió también a la música y a la pintura y que es el cine el que totaliza como arte plural todas esas manifestaciones en una sola, a la que solo habría que añadirle en los decorados de aquel cine, la arquitectura.
Detrás de los simbolismos, las calles oscuras (Dunklen Strabe), sombras en las paredes, había una alta estética y también un gran presagio…
Sin embargo, aquel principio del siglo XX, pintado con la sangre atroz de la Primera Guerra Mundial y el herido orgullo de Alemania, son recordados en la República de Weimar como un momentum de alta creatividad fílmica, que auguraban al cine alemán una fuerza de expresión vital extraordinaria, el exilio de los años 30 de aquel siglo, entonces favorecería un traslado hacia Hollywood, que debe su cine clásico y estándar de los años 40 y 50 a ese exilio fabuloso y creador que lo transformó: Wilder, Lubistch, Stroheim, Sirk, Ophuls, Lang y Pabst entre otros. (Aunque Eric V. Stroheim había llegado a Hollywood desde Viena hacia la década del 20, con el ropaje de una historia rocambolesca de «antiguo aristócrata»)…
EL LIBRO DE MARCO DA COSTA O LOS MITOS SOBRE LA IMAGEN FILMICA NAZI.
La editorial Notorius (giño de ojo a la película de Alfred Hitchcock del mismo nombre de 1946 ),dedicada a la edición de volúmenes de cine, valoró el manuscrito de Marco Da Costa y decidió publicar el pasado año esta magnifica obra que rompe tabúes sobre el valor de un cine que el bando vencedor de la guerra de 1945, nunca pudo ocultar con telefilmes como «Combate», donde la barbarie Nazi es castigada una y otra vez por «el generoso soldado» norteamericano.
Cuando el también autor de Ideología Propaganda en el Cine del Tercer Reich (2014) analiza cada película ofrece un panorama de la situación de los artistas en esos tiempos bajo el régimen nazi y algo peor bajo la mirada furtiva de J. Goebbels, productor, censor y jefe ideológico de los Estudios Ufa. Da Costa entrelaza historia y breves biografías de protagonistas de aquellos tiempos, mientras explica las características de un sistema de producción fílmica de formato autoritario, muestra al mismo tiempo los enigmas de la benevolencia del régimen y la exhibición de algunas películas que pudieron escapar a los cánones programáticos del Tercer Reich y su filosofía. Demuestra, además, que detrás de ese cine había gente de gran talento que por una razón u otra (nunca por apego a la confesión nacional socialista, porque muchos de estos actores provenían del Partido Comunista Alemán), se habían quedado varados allí, cada quien con su circunstancia personal, algunos al final pagaron con sus vidas las venganzas o persecuciones del régimen…
Da Costa ofrece espacio de reflexión a la ideología, analiza el contenido, sin desperdicios, dejando claro los montajes y la relación del poder totalitario con el cine, como instrumento de sujeción masiva.
En comentarios sombreados, paralelos a los excelentes análisis a toda página, Marco Da Costa ofrece un contrapunto histórico explicativo de gran profundidad analítica y permite al lector seguir la trayectoría del cine de modo comparado, demostrando que si bien existió una brillante Leni Riefenstahl, había muchos otros directores que hicieron largometrajes tratando de evadir la censura para intentar hacer un cine «desviado»…

El aporte de Marco Da Costa con su obra, su atinada visión crítica y fría, convierte a El Cine del III Reich – Desmontando el Cine Nazi en 50 Películas 1933-1945, en una obra de relevancia y de rigor en la investigación que la iguala a libros como La Pantalla Demoníaca de Lotte Eisner (dedicada a la obra de Fritz Lang, 1984 edition cahiers du cinema) o el magnífico De Caligari a Hitler de Siegfried Kracauer (edición en inglés de 1947, ediciones en castellano en el 1985, propiedad de la Universidad de Princeton).

En los tiempos que vivimos desde el 20 de enero de 2017, el libro de Marco Da Costa, aunque sea de cine, contiene elementos históricos interesantes sobre el advenimiento del Nacional Socialismo, su seudo moral, sus manipulaciones de masas y sobre todo su sabiduría para mentir y engañar a grandes conglomerados.

La historia no se repite, lo peor es que cuando se asemeja, según F. Engels, lo que vivimos es una farsa, estar consciente de ello, auxilia la memoria y la acción (CFE)