A pesar de que el concierto “Luz en las tinieblas”, con Marcos Yaroide, estaba previsto para el viernes y fue presentado la noche del pasado domingo debido a la tormenta Érika, todas las locaciones de la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional estuvieron ocupadas. Bendiciones y alabanzas, entre las canciones que adoran a Dios, llenaron de gozo al público que coreó y aplaudió de pie cada una de las interpretaciones del pastor y cantante y sus artistas invitados.

Yaroide cantó con Natalie Peña-Comas, Niní Cáffaro, Sexappeal, Mozart La Para y con Fernando Villalona, quien interpretó su parte del merengue “Alcanzar el cielo” a través de la magia del video.
Con impresionante juego de luces, pantalla gigante led (con una cruz en el centro) que ocupaba todo el fondo del escenario, once músicos que aportaron un magnífico sonido, cuatro coristas y varios bailarines, la velada inició a las 8:45 de la noche con las canciones “¿Quién es?” y “Dile”.

Las primeras palabras del artista fueron: “Es una gran satisfacción estar en el escenario más prestigioso del país, después de tantas vicisitudes, pero la gracia de Dios es muy grande, gracias a este pueblo”. De inmediato siguió cantando “Ese era yo”, para darle paso a la primera invitada de la noche, Nathalie Peña Comas, con quien cantó “Te agradezco lo que soy”, momento que mereció más ovaciones de la audiencia.
Con el auditorio de pie, Yaroide vocalizó “Tengo fe” y “Nada se compara a ti”.
Un momento estelar del concierto “Luz en las tinieblas” fue la interpretación del éxito “Todo se lo debo a él”.

Luego llegó la esperada participación de Fernando Villalona, que no fue posible en vivo, pero igual el público le rindió tributo.

“Llevo el merengue en mis venas, pues soy hijo del merenguero típico Guandulito; no me explico por qué me dediqué a cantar baladas, pero aquí estamos”, dijo Marcos, con todo y las críticas porque iba a cantar con artistas seculares.

Otra aplaudida participación fue la del salsero Sexappeal, con quien hizo de entrevistador de televisión, en un momento de broma que disfrutaron los presentes. Antes de presentar a su familia, hizo un interesante dúo con Niní Cáffaro en “Por amor”, volviendo a poner al público de pie.

El gran final llegó junto a Mozart La Para, quien puso a gozar a la gente con sus improvisaciones y dijo que “el Teatro Nacional estaba bendecido esa noche”.