Más opciones para la juventud

Más opciones para  la juventud

Se sabía que el título obtenido en estudios secundarios no garantiza una formación satisfactoria para ingresar a universidades. En ellas se delatan lagunas. Y ahora el diagnóstico es más negativo: en un 80% de casos el bachiller dominicano tiene dificultades para integrarse a los empleos productivos que están desligados de carreras universitarias. El mundo ha cambiado poniendo énfasis en demandar una variedad de mano de obra técnicas y de especializaciones medias; oficios para los que lo práctico es manejar la informática en constante evolución y adquirir conocimientos sobre la novedosa mecanización que cambia los procesos industriales. Hacia ello mira el presente y el liceo tradicional va quedando en el pasado.
Acierta el Ministerio de Educación al plantearse la conversión, que debe ser acelerada, de los planteles del bachillerato ordinario en politécnicos en posible alianza con el sector privado. En el país existe provechosamente una serie de entidades como el INFOTEP y escuelas vocaciones de las Fuerzas Armadas, entre otras, de las que fluyen obreros calificados. Una oportunidad adicional para que los jóvenes alcancen formaciones más avanzadas, a tono con tecnologías de última generación, debe ser aportada con la aplicación de nuevos conceptos al bachillerato. Para que todo joven egresado sienta que su futuro es promisorio sin tener que asistir necesariamente a las universidades.

Torpedeando a los productores

A las condiciones cíclicas extremas de sequía e inundaciones como fuentes de graves perjuicios a la agropecuaria, se suma ahora lo que llaman las importaciones “sin régimen” de frutos y lácteos, que distorsionan el mercado y aumentan los riesgos de quiebra de muchos productores. Se habla de poderosos intereses en capacidad de inundar el país de comestibles obtenidos ventajosamente en el exterior y que les generan amplias ganancias al distribuirlos sin regulación estabilizadora ni de garantías sanitarias al consumidor.
El peregrinar presidencial de visitas sorpresa ha sido símbolo de paternal atención al productor débil y carente de una intermediación estatal protectora. Esa asistencia es insuficiente ante la competencia que se está sirviendo con la cuchara grande imponiéndose deslealmente con bienes foráneos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas