Más sobre Psiquiatría y Neurología

Más sobre Psiquiatría y Neurología

El domingo pasado iniciamos el “conversatorio” sobre la estrecha relación de la psiquiatría y la neurología; en la oportunidad enfatizamos que las ciencias básicas nos acercan, en razón de que los diagnósticos y los tratamientos son cada vez más orgánicos. Al hombre prehistórico le manejaban sus dolencias físicas y mentales los “los chamanes”, con plumas y cuernos de animales curando los pacientes con danzas y brebajes, luego 2,000 años antes de Cristo; reconocemos que los egipcios escribieron papiros con recetas específicas sobre medicina y el comportamiento. Llegamos al 460 a.C. en que Hipócrates el “Padre de la medicina”, nacido en la isla griega de Coss, iniciaba la medicina racional empírica. A los griegos les corresponde con una magnifica capacidad especulativa haber logrado textos sobre las epilepsias, con aportes empíricos sobre muchas enfermedades. En un salto dialéctico, pasamos al siglo XVII, el “Hipócrates inglés”, Thomas Sydenham, revolucionó el ámbito de las patologías. Sustituyó el concepto Galénico de especie morbosa, por otro más operativo y próximo al observador, cambiando el concepto de la medicina que se tenía hasta ese entonces.

Pasamos a los siglos XIX y XX, con florecimientos científicos, donde en el hospital parisino La Salpetriere, con Charcot y sus discípulos, en el Queen Square londinense con Gowers y Jackson, o la Charité de Berlín, se levanta la gran semiología neurológica, hasta nuestros días, donde las avanzadas neuro-imágenes son de gran ayuda, junto a la cibernética, las células madres, la nanotecnología, etc. son hoy realidades. La psiquiatría, desde la segunda mitad del siglo XIX, con las ideas desprejuiciadas del psiquiatra francés Pinel, la psiquiatría fue evolucionando en el aspecto descriptivo, buscando síntomas y síndromes constantemente, muchos aportaron a este crecimiento: Freud (que últimamente ha sido satanizado) Esquirol, Westphal, Bleuler, etc. La orientación neurológica de los síntomas psíquicos se asentó con la llegada en el 1950 de un eficaz fenotiacínico, la Clorpromacina, un “sedante fuerte” (Laborit).

En nuestro país son muchos los distinguidos profesores que han hecho aportes al desarrollo de la neuro-psiquiatría, entre el 1940 y el 1955, llegaron al país los primeros psiquiatras dominicanos: Rafael Díaz Niece, Gilberto Morillo, José Patxot Vallejo, Luis Baquero, Adolfo Pérez, Emilio Guillén y Antonio Zaglul. En el campo neurológico, el precursor de la neurología como materia clínica en nuestro medio fue el Dr. Nicolás Pichardo; en los 60 llega al país el Dr. Mario Tolentino Dipp, nuestro primer neurólogo, quien debe ser considerado “Padre de la Neurología dominicana”, luego Juan Santoni, Diógenes Santos, Julio Tejeda, Julio Hernández, etc. Los neurocirujanos Ney Arias, José Joaquín Puello, Osvaldo Marté, Sonia Fermín, José Peguero, entre otros. Estos profesores formaron escuelas, residencias e instituciones médicas, con herederos en ejercicio de muy altos méritos, todos hemos seguido emulando el trabajo de nuestros antecesores, para el adelanto de ambas ciencias.

Hoy, asistimos al florecimiento de la neuropsiquiatría y sus disciplinas afines (neuropsicología, psiquiatría biológica, neurología de la conducta, etc.). Debo reconocer que la fármaco terapia en psiquiatría es más dinámica que en neurología: Veamos un ejemplo: los antidepresivos, que frente a los antiepilépticos están 3 a 1 en el desarrollo de moléculas terapéuticas, claro ejemplo de que los antidepresivos son más rentables para la industria farmacéutica. Aceptamos que hay trabajo en abundancia para ambas especialidades; compartimos una respetuosa convivencia profesional.

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