Mayor control sobre el tránsito

Mayor control sobre el tránsito

Exhaustivas deberían ser las providencias que se aplican contra los accidentes de tránsito o seguirá sin alcanzarse el nivel satisfactorio de respeto a la ley y a las normas para conducción segura que de ella se derivan. La generalizada circulación de motociclistas haciendo caso omiso de señales viales y violando las disposiciones sobre matrículas, uso de cascos protectores, luces y número de personas a bordo solo augura altos índices de mortalidad y de lesiones permanentes bajo el uso extendido y caótico de vehículos de dos ruedas. La verificación para impedir que gente encendida por el alcohol salga a conducir, haciendo aparecer a las bebidas como causa mayor de colisiones y muertes, no tiene vigencia alguna fuera de intentos de establecerla en forma limitada y coyuntural. No se aplica en República Dominicana el seguimiento a la acumulación de infracciones que libre a la ciudadanía de infractores impenitentes. Ha pasado ya que al poco de provocar muchas víctimas, algún chofer temerario ha vuelto a sus andadas.

El transporte pesado desborda espacios con camiones arrastrando el doble de furgones y formando trenes precariamente iluminados. Patanas a la buena de Dios con el riesgoso rodamiento de neumáticos gastados, estacionadas sin prudencia en carreteras peligrosas y generando tragedias por malos rebases. El país tiene urgencia de superar la desastrosa tolerancia.

Un compromiso reconfortante

Actitudes como las que se hicieron evidentes con reciprocidad en las relaciones entre autoridades de la Educación y los maestros sindicalizados llegan a la sociedad como fresca brisa navideña. El diálogo se reasume como divisa que genera esperanza en actividad de la mayor trascendencia para prodigar una enseñanza que debe ser cada vez de mayor calidad y llegar sin interrupción a un amplísimo sector de la infancia y la juventud.
El país tiene que lograr el mayor provecho de la elevación de inversiones que permite disponer de más escuelas, horas de clase, acceso a la alimentación, disponibilidad de útiles escolares y de incentivos para abrazar la carrera magisterial para mejorar la docencia. Llevada la enseñanza a una mayor importancia para el Estado, debe primar armonía entre sus componentes.

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