Mayor explicación

Mayor explicación

El discurso pronunciado por el Presidente de la República amerita ahora de que se vaya desglosando la forma en que realizarán todos los planes y proyectos que fueron anunciados al país en la ocasión.

El discurso constituye un desafío para la gestión debido a que no se trató de un candidato en busca del poder, sino de un mandatario que se lanza al inicio de una segunda gestión continua.

Cuando los ciudadanos le veíamos y escuchábamos hablar, la inquietud de todos giraba en torno a la identificación de las fuentes de donde se conseguirán los recursos para la ejecución de unas obras extraordinarias a lo largo y ancho del país.

Incluso, los planteamientos lucen una antítesis de lo dicho por el doctor Leonel Fernández anteriormente, cuando estableció su plan de austeridad.

Rápidamente, uno piensa en dos variables. Primero, que el mandatario visualiza un cambio en el panorama económico mundial de tal modo que no habrá necesidad de continuar con las restricciones establecidas.

Segundo, que las autoridades se abocarán al establecimiento de nuevas fuentes de ingresos para engrosar las arcas del Estado.

Lo primero es un elemento incierto y, el segundo, chocaría con la renuencia del empresariado y del pueblo.

Es necesario despejar la idea y el temor de sacrificios para el pueblo.

Uno recuerda cómo el doctor Joaquín Balaguer imponía sus proyectos sin importar qué tantas áreas vitales y prioritarias sacrificaba en detrimento de los pobres.

 Por lo demás, no hay que levantarse de manera simple contra la visión de un Presidente que en sus gestiones ha demostrado eficiencia en la estabilidad económica y en la confianza que atrae y genera inversiones.

La cuestión radica en saber cotejar las cosas.

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