Desde la fundación de la República Dominicana en 1844 hasta 2016 se han hecho 40 cambios o reformas constitucionales, de los cuales el 82% han sido por el tema de la duración y alternancia del poder presidencial en el país.
Mientra que de 56 mandatarios que entre 1850 y 2016 a nivel mundial promovieron la modificación constitucional para prolongar su mandato, 11 son dominicanos para un el 20%.
Los presidentes dominicanos en ese recuento son Pedro Santana, Buenaventura Báez, Cesáreo Guillermo, Ignacio María González, Ulises Heureaux, Ramón Cáceres, Horacio Vásquez, Rafael Trujillo, Joaquín Balaguer, Hipólito Mejía y Danilo Medina.
Así consta en el boletín del Coloquio Constitucional del Programa de Estudios del Desarrollo Dominicano (PED) adscrito al Centro de Estudios Económicos y Sociales Padre José Luis Alemán, y cuenta con la colaboración de la Facultad de Leyes de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pucmm).
Para el PED el dato es significativo para la República Dominicana que ostenta el liderazgo mundial y, como tal, merece un estudio en términos culturales y no solo legales.

“Independientemente que se centren en un solo artículo o en modificaciones parciales o de su concepción y entramado normativo, la gran mayoría de las veces solo se destaca y discute como indispensable la cuestión de la reelección y/o la duración del período presidencial”, señala el boletín.
Recuento. El estudio hizo un recuento de la reelección en la historia dominicana, desde su fundación en 1844 como Estado independiente hasta el año 2016.

Indica que todo comenzó desde la primera ley sustantiva dominicana aprobada el 6 de noviembre de 1844 en San Cristóbal, cuando chocaron las posiciones de los asambleístas y las del teniente general Pedro Santana y Familias.
El recuento resume todos los procesos a partir de esa fecha y las figuras que los protagonizaron.

En este se destaca que la Constitución de 1966 es la que más tiempo se mantuvo vigente en la historia dominicana con 27 años y 9 meses, hasta 1994 cuando fue reformada por el Pacto por la Democracia, firmado por todos los partidos principales, y en el cual se produjo una nueva carta la cual indicaba en la como disposición transitoria en su artículo 121, que el período presidencial que iniciaba en 1994, concluiría, por excepción, en 1996.
Resalta que en 1986, el presidente Salvador Jorge Blanco había intentado que se prohibiera la reelección consecutiva en la Constitución y, aunque su partido gozaba de mayoría en el Congreso en ese momento, no se aprobó tal cambio constitucional.

En el 2002 el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) con el control del Congreso, logra adaptar el sistema de reelección en la Constitución para permitir una repostulación del presidente Hipólito Mejía, “sin tomar en cuenta grandes rechazos de parte de académicos, profesionales, políticos y la ciudadanía en general, que advertían sobre los resultados negativos que habían provocado decisiones similares en el pasado”.

Indica que los resultados de este intento reeleccionista fueron muy negativos para los oficialistas y luego de una crisis política generada por dicha situación, el presidente Mejía pierde las elecciones por amplio margen.

El informe prosigue que en el 2010, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el PRD llegan a un acuerdo político para modificar la Constitución en el cual se decide que la reelección con intervalo de un período presidencial.
Apunta que aunque esta Constitución es elogiada en su generalidad por la mayoría de los sectores, ya que reformó diversas áreas y principios del Estado solo dos años después se creó una tensión política a partir de la elección del presidente Danilo Medina en 2012, basada en una posible reforma constitucional para darle oportunidad de una reelección consecutiva en 2016.

Agrega que tras una “validación no vinculante” por parte del Comité Político del PLD, el Congreso Nacional aprueba este sistema de reelección que produjo como consecuencia que Medina fuera reelecto en los comicios de mayo de 2016 con un 62% de las votaciones.
El PED indica que dada la constancia de los propósito de reformas para la reelección, no ha faltado propuesta de alguna fórmula para hacer más rígidos los métodos de modificación.