Mazda MX-5. Promesa de diversión

Mazda MX-5. Promesa de diversión

El Mazda MX-5 es un auténtico icono entre los deportivos descapotables. Desde que se lanzará en 1989, se produjeron casi un millón de unidades de estos pequeños y divertidos roadster, sin duda el más exitoso de la historia.

El objetivo entonces era revitalizar un segmento de autos descapotables económicos que tanto éxito cosecharon en los años ‘60 y ‘70 gracias a marcas como, MG, Triumph, Alfa Romeo o Honda, entre otras.

La nueva generación del MX-5 se presenta ahora con otro diseño pero con la misma esencia del modelo original, un auto basado en la diversión y el dinamismo.

El puesto de conducción sigue siendo muy bajo y ahora con una mejor repartición de peso.

Pese a una presencia aparentemente más voluminosa que los modelos precedentes, el nuevo MX-5; con sus 3,91 metros de longitud, 1,73 de anchura y 1,23 de altura, es el más pequeño de las cuatro generaciones precedentes.

El efecto se ha logrado mediante voladizos muy cortos, un capó más alargado y pasos de rueda sobredimensionados. Los aros son ahora de 16 ó 17 pulgadas y el techo de lona es de accionamiento manual.

En la trasera, el MX-5 sigue la combinación de luces redondas en un conjunto horizontal para producir el mismo efecto de ensanchamiento de la parte delantera. Con una reducción de 220 libras respecto a la anterior generación, el nuevo MX-5 apenas supera las 2.200 libras en su versión más potente, lo que permite lucirse en carreteras reviradas.

Gracias a una mayor rigidez estructural y a un esquema de suspensiones optimizado, la estabilidad y el apoyo debería asegurar un apoyo en curva muy valido. Los motores son Skyactiv-G de 1.5 y 2.0 litros, ambos con inyección directa de 131 y 160 caballos.

El motor 1.5 alcanza los 204 km/h acelerando de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos, el dos litros logra 214 km/h y rebaja en un segundo la aceleración.

El cambio es manual de seis velocidades para ambas motorizaciones.

 

 

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