La presencia cada vez mayor de parturientas y embarazadas haitianas que llegan a las dos principales maternidades de Santo Domingo y las barreras que provoca el idioma hacen que los médicos busquen a traductores que transmitan los datos para hacer las historias clínicas de las pacientes.
Asimismo, contrario al comportamiento de años atrás, las embarazadas llegan a las consultas, revisan su proceso completo y van a sus citas para ser chequeadas por los médicos.
Sory Rosado, gerente de Atención al Usuario de la maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, está frente a la atención de estas mujeres para que todo el proceso se realice con respeto y armonía.
Las embarazadas y parturientas llenaban ayer una sala en la maternidad que maneja el mayor volumen de pacientes.
Al ser entrevistadas sobre el trato y la probable discriminación por parte del personal, aseguran que son bien atendidas y no reciben maltrato.
Su comportamiento es huidizo, cuando comprueban que conversan con periodistas protegen su identidad y dan nombres en español y apellidos en creole. Sin embargo, para fines de registro, el acta de nacimiento es sacada en Haití.
Historias Cada mujer que se atiende en estos centros tiene una historia, pero conocerla es difícil, dado los recelos que causa la presencia de periodistas.
Wilban Lemthot trabaja en la República Dominicana, su esposa salió embarazada y la llevó a la maternidad La Altagracia. No tienen quejas de la atención, pero al percatarse de que habla con una periodista insiste: “soy residente en República Dominicana”.
Dayana Ril y Belén Jiménez son dos mujeres que recibieron atenciones por parto en la maternidad. Su timidez es evidente, prefieren evadir las cámaras.
Datos. La maternidad La Altagracia atiende hasta 150 mujeres haitianas diarias por emergencia. En lo que va de año han atendido 37,919 mujeres por consultas, de esas 9,020 son haitianas, se han realizado 864 partos y 783 cesáreas.
Lo propio pasa en la maternidad San Lorenzo de Los Mina, el segundo hospital que atiende un alto volumen de parturientas dominicanas y haitianas. Las salas de estos dos centros están repletas de extranjeras que buscan servicios