Como siempre, el anuncio fue raudo y oportuno. Había que aplacar a la opinión pública, en ese eterno intento de callarla, por lo que el Gobierno se apresuró a decir que se estaban tomando todas las medidas necesarias para evitar que el ébola entre a la República Dominicana.

Tras el anuncio, se les dio un “compás de espera”, como reza el cliché, para ver qué tal se estaban desarrollando las medidas. Por ello, ayer Diógenes Tejada fue a comprobarlo por sí mismo. Pero, oh, sorpresa que no sorprende: las medidas se han traducido, hasta ahora, en enviar un memorándum a los inspectores, quienes le preguntan a los pasajeros dónde estuvieron antes de venir a RD.

Con un “protocolo” que no ha dejado rastro alguno en Migración, puesto que no está en el sistema, las medidas se han quedado tan cortas que por el Aila no ha aparecido nadie para instruir a los inspectores en torno a lo que deben hacer si llega un pasajero con síntomas de ébola. Como es de imaginar, tampoco hay médicos ni técnicos para asistir a los inspectores en caso de que sea necesario.

Nueva vez, tristemente, el Gobierno nos miente. Al hacerlo, nos obliga a preguntarnos cómo piensan detener el ébola cuando las medidas se traducen en una pregunta. También queremos que nos expliquen qué va a pasar si llega un enfermo, ¿quién o cómo lo van a tratar?; ¿cuánto tiempo tardará alguien en llegar al Aila a resolver el entuerto?

Me imagino que para el Presidente será un gran disgusto conocer la “eficiencia” de las autoridades. Ojalá que disponga que se desarolle un buen plan. Nuestra vida puede depender de ello.